Políticas públicas - Necesidades sociales de mujeres y hombres
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Políticas públicas - Necesidades sociales de mujeres y hombres
El Compromiso Estratégico para la igualdad entre mujeres y hombres 2016-2019 en Europa constituye el marco de referencia actual dentro del Pacto Europeo para la igualdad de género 2011-2020. Este compromiso engloba más de treinta acciones en cinco áreas prioritarias: igual independencia económica para mujeres y hombres, salario igual a trabajo igual y trabajo de igual valor, igualdad en la toma de decisiones, dignidad, integridad y fin de la violencia de género e igualdad en la acción exterior. La ONU también aprobó en 2015 una serie de objetivos en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, uno de los cuales se refiere a la igualdad entre hombres y mujeres.
El Report on equality between women and men in the EU de 2018 señala que, aunque durante la crisis económica el desempleo en Europa alcanzó niveles insostenibles, en los últimos años ha seguido aumentando el número de mujeres económicamente activas. En 2018 la tasa de empleo de las mujeres en la Unión Europea alcanzó el nivel más alto registrado (67,4%). España se encuentra todavía entre los países con tasas de empleo más bajas, por detrás de Grecia, Italia, Croacia y Rumanía. Al mismo tiempo, se ha producido en los últimos años una creciente participación de las mujeres en la toma de decisiones. Aunque en 2015 las mujeres solo representan el 21% de los miembros de consejos de administración de las empresas cotizadas más importantes, esta cifra supone un incremento de nueve puntos porcentuales respecto a la situación cinco años antes. En el ámbito empresarial, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas, con un 29% del total de empresarios.
El informe también subraya que el equilibrio entre hombres y mujeres en la política también ha mejorado, aunque a un ritmo más lento. En este sentido, España destaca como uno de los países con mayor presencia de mujeres en sus órganos legislativos (European Institute for Gender Equality). En educación, como se señaló, persisten desigualdades entre hombres y mujeres en términos de preferencias de asignaturas, de rendimiento y participación. También debe resaltarse que las mujeres dedican de dos a diez veces más tiempo que los hombres a trabajos no remunerados, lo que constituye uno de los principales obstáculos para su autonomía económica y política.
Los progresos en igualdad de género tienen, por tanto, luces y sombras. Mientras que en los últimos años ha aumentado la tasa de empleo femenina y la participación de las mujeres en la toma de decisiones, persiste una acusada desigualdad en las retribuciones.
El plan de acción en materia de igualdad de género 2016-2019 de la Unión Europea tiene como primer objetivo el aumento de la participación de la mujer en el mercado laboral y la promoción de la igual independencia económica de mujeres y hombres. En línea con ese primer objetivo, la Figura 23 muestra que el crecimiento de la tasa media de empleo femenina entre 2010 y 2017, mayor que el de la masculina, permite acercarse al objetivo propuesto de aumento de la participación de la mujer en el mercado laboral y promoción de la igual independencia económica de mujeres y hombres. No obstante, el hueco existente todavía es muy elevado.
El segundo objetivo del Plan de Acción es reducir las disparidades entre sexos existentes en las retribuciones, los ingresos y las pensiones, para así combatir la pobreza entre las mujeres. La Figura 24 recoge la evolución de la disparidad en las retribuciones del mercado de trabajo entre hombres y mujeres. La brecha salarial varía mucho de un país a otro y la evolución también cambia en sentido contrario de unos países a otros. En general, se puede decir que no se ha producido apenas logros en este objetivo, ya que la brecha de género, si bien ha disminuido en algunos países, en otros ha sucedido lo contrario o apenas ha variado. Por otro lado, la Figura 25 muestra la enorme brecha de género en las pensiones, que sitúa a las mujeres de 65 años y más en una situación claramente peor que la de los hombres, pese a cierta reducción del diferencial.
Respecto al tercer objetivo del compromiso estratégico 2016-2019, sobre igualdad de género en la toma de decisiones, la evolución es positiva, tal y como se desprende de la figura. No obstante, todavía el nivel de participación de las mujeres en los órganos relevantes de decisión es muy bajo.
La Unión Europea también compele a los Estados a combatir la violencia sexista y proteger y apoyar a las víctimas y a promover la igualdad entre mujeres y hombres y los derechos de las mujeres en todo el mundo. Para conseguir estos objetivos fijados en cada una de las áreas prioritarias se propuso utilizar una combinación de distintos instrumentos, tanto legislativos como no legislativos y financieros (Comisión Europea, 2016). Aunque con frecuencia los estados miembros de la UE plantean la igualdad de género a través de planes nacionales, los objetivos de estos planes incluyen políticas sobre la igualdad en el mercado laboral y sobre la violencia de género, así como la educación, la formación y la conciliación de la vida profesional y familiar.
Dentro de los países miembros de la Unión Europea, España es uno de los países cuyos planes de acción y estrategias en igualdad de género incluyen todos los puntos propuestos desde la Unión Europea.
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