

El dividendo demográfico, una oportunidad para el desarrollo de la economía y del estado del bienestar
Ronald Lee, CEDA, Universidad de California en Berkeley
Andrew Mason, Universidad de Hawái, cofundadores del proyecto NTA
Cuando la población en edad de trabajar de un país crece más que su población total se produce el denominado dividendo demográfico, que representa una oportunidad de desarrollar un estado del bienestar que proteja a las personas ante los riesgos asociados al mercado laboral. Oportunidad inestimable si se tiene en cuenta que el dividendo demográfico va seguido de una fase de envejecimiento de la población que aumenta el número de dependientes mayores y cuestiona la sostenibilidad del estado del bienestar. La experiencia de Europa y del mundo desarrollado, en general, es vital para otras regiones del planeta que se encuentran en fases anteriores de la transición demográfica y que, por lo tanto, disponen todavía de la oportunidad para invertir en políticas económicas, educativas y sanitarias.
Puntos clave
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1La transición demográfica – el proceso por el cual las poblaciones con tasas de fecundidad y mortalidad elevadas pasan a presentar valores bajos en las dos variables – culmina en un proceso de envejecimiento de la población que viene precedido, normalmente, de una fase de dividendo demográfico. El proyecto National Transfer Accounts (NTA) permite medir este dividendo combinando datos y proyecciones demográficas con una imputación de las Cuentas Nacionales por edad, elaborada para más de noventa países.
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2En la fase de dividendo demográfico, la población en edad de trabajar crece más que la población total, lo que genera tasas de dependencia muy reducidas. Estas llegaron a su mínimo en España en torno al año 2010, mientras que en la economía global no llegarán hasta el 2048.
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3El dividendo demográfico puede dar lugar a una fase de bonanza económica que permita desarrollar la economía y un estado del bienestar sólido. Esta oportunidad sigue abierta para gran parte de los países en vías de desarrollo, si bien ha dejado de existir para España y Europa en general.
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4En los países desarrollados queda únicamente la posibilidad de aprovechar un eventual segundo dividendo demográfico, en la medida en que los llamados baby boomers hayan llegado a ahorrar lo suficiente para aumentar el capital per cápita y, con ello, la productividad.
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5El papel de la educación es clave para mitigar el efecto del envejecimiento de la población, ya que la formación permite mejorar la productividad de la relativamente escasa población activa.
