
Centre for Economic Performance, London School of Economics
Durante las últimas décadas, el mercado de trabajo español se ha caracterizado por tener altas tasas de desempleo y de temporalidad. En este artículo se analizan en términos educativos los efectos intergeneracionales de la temporalidad en el mercado de trabajo y la pérdida del empleo. Entre los resultados más destacados, encontramos que tanto la inseguridad laboral (medida por el tipo de contrato laboral que tiene el padre) como la pérdida de trabajo del padre conllevan un deterioro del rendimiento educativo de sus hijos. Para la madre, sin embargo, no se detectan efectos significativos al analizar el impacto de las mismas variables en el desempeño educativo de sus hijos. Estos resultados sugieren que es importante tener en consideración los efectos intergeneracionales de las políticas laborales a la hora de diseñarlas y reformarlas.
1. Un mercado de trabajo disfuncional
Durante las últimas décadas, el mercado de trabajo español se ha caracterizado por tener altas tasas de desempleo y de temporalidad. El segundo de los fenómenos aparece como consecuencia de las reformas implementadas durante los años 80 para introducir flexibilidad en el mercado de trabajo español. Desde entonces, la economía española se encuentra entre los ejemplos más destacados de desarrollo de un mercado de trabajo dual, es decir, un mercado laboral en el que los trabajadores forman parte de dos grupos claramente diferenciados. Por un lado, existe un colectivo de trabajadores con contrato indefinido (también llamado fijo o permanente) que disfruta de una alta protección laboral (los llamados insiders). Por otro, los trabajadores con contrato temporal (outsiders) se encuentran escasamente protegidos ante situaciones de despido.
El gráfico 1 muestra el porcentaje de trabajadores con contrato temporal en diferentes países europeos, así como la media para la Unión Europea de los 15, a partir del primer año con datos disponibles. Con valores situados por encima del 25% hasta el inicio de la crisis, España es el país con una mayor tasa de temporalidad, incluso después de los elevados niveles de destrucción de contratos temporales que ha tenido lugar durante la reciente crisis económica.
Además de las características de la negociación colectiva en España, la regulación de la competencia y el tamaño de nuestras empresas, la dualidad del mercado de trabajo es una de las razones por las que España tiene una de las mayores tasas de desempleo de Europa, actualmente sólo por debajo de Grecia. El gráfico 2 muestra como desde la segunda mitad de la década de 1980, la tasa de desempleo baja desde valores cercanos al 20% hasta casi llegar al 15% antes de la crisis de los 90. Con dicha crisis, la tasa de desempleo vuelve a superar el 20% y necesitará más de una década para alcanzar niveles similares a los del resto de países europeos en 2007, justo antes del inicio de la reciente crisis económica. Desde entonces, el alto volumen de destrucción de empleo ha sido una de las características más destacadas a ambos lados del Atlántico. En Estados Unidos, los datos muestran un récord de destrucción de empleo, con una tasa de paro que llegó al 10% en el primer trimestre de 2010. En Europa (UE-27), según datos de la Labour Force Survey, desde 2008 y hasta 2012 se sufrió una pérdida neta de unos 7 millones de puestos de trabajo. De éstos, casi el 60% se perdieron en España. En España además, la reciente crisis económica se ha caracterizado por las dificultades para acceder a un empleo, con el consiguiente aumento de los desempleados de larga duración.
En segundo lugar, describiremos el efecto de la pérdida de trabajo de los progenitores sobre el rendimiento educativo de sus hijos durante la educación obligatoria. Otros artículos (ver sección 3) han intentado responder a preguntas similares para otros países. Este artículo es el primero que utiliza datos españoles y que se centra en estudiar el impacto de la pérdida de trabajo durante la reciente crisis económica. Antes de adentrarnos en los resultados, ofreceremos un breve resumen de la bibliografía que ayudará a entender por qué razón la temporalidad o la pérdida de trabajo deberían afectar al desarrollo educativo de los hijos.
2. La temporalidad y la pérdida de trabajo: efectos intergeneracionales
A. ¿Varía la probabilidad de acabar la educación secundaria obligatoria con el tipo de contrato de trabajo que tienen los padres?
Varios estudios han analizado si estar empleado con un contrato de trabajo temporal en lugar de con un contrato indefinido tiene consecuencias adversas para el trabajador. Bentolila et al. (2008) y Dolado et al. (2002) ofrecen una revisión de la bibliografía empírica que analiza dichas consecuencias. Según las conclusiones de estos trabajos, los trabajadores contratados de forma temporal reciben una menor inversión en formación por parte de la empresa y reciben menores sueldos por el mismo tipo de trabajo. Esta brecha salarial entre trabajadores temporales y fijos estaría además asociada a que la empresa emplea a los trabajadores temporales en puestos que requieren una menor cualificación de la que poseen. Existe también evidencia de que estar empleado con un contrato temporal aumenta el riesgo de sufrir accidentes (Guadalupe, 2003) y disminuye la satisfacción con el empleo (Booth et al., 2002).
Estudios pertenecientes a la disciplina de la psicología social relacionan la inseguridad laboral parental con un menor rendimiento académico de los hijos (por ejemplo, Barling et al. 1999). Junto con la literatura económica descrita en el párrafo anterior, estos estudios estarían sugiriendo varios mecanismos por los cuales el tipo de contrato de los padres podría afectar a los resultados educativos de los hijos. Primero, varias de las consecuencias mencionadas arriba afectan a variables (ingresos, satisfacción laboral, salud, etc.) que tradicionalmente han sido vistas como determinantes del rendimiento escolar de los hijos. Segundo, tal y como se plantea en una de las ramas de estudio de la psicología social, la inseguridad laboral paterna puede afectar la eficacia y actitudes con respecto al trabajo y el esfuerzo de los hijos de manera negativa (Lim y Loo, 2003).
Esta sección utiliza datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para los años 2000 a 2004, para determinar si el tipo de contrato de los padres tiene un impacto en la probabilidad de acabar la educación secundaria obligatoria a tiempo. El lector se podría preguntar por qué nos centramos en el tipo de contrato de los padres (y no las madres), así como cuales son los motivos para escoger la probabilidad de finalizar la educación secundaria a tiempo como principal medida del desarrollo educativo de los hijos. Con respecto a la primera pregunta, nos centramos principalmente en el tipo de contrato laboral del padre porque los padres siguen siendo la principal fuente de ingresos en el hogar. Además, los efectos psicológicos asociados a la inseguridad laboral son más pronunciados en hombres que en mujeres (Lim y Sng, 2006). De todas maneras, hemos investigado el impacto del tipo de contrato de la madre sobre la probabilidad de graduarse a tiempo, y no hemos encontrado ningún tipo de efecto. La respuesta a la segunda pregunta viene determinada por la disponibilidad de datos.
Los datos de la EPA nos permiten estudiar cuál es el impacto del tipo de contrato del padre (medido en el año en el que el hijo debería terminar la educación obligatoria) en la probabilidad de terminar la educación secundaria obligatoria a tiempo (es decir, sin repetir ningún curso). El gráfico 3 muestra cuánto más probable es que un estudiante cuyo padre esté empleado con un contrato indefinido acabe la educación secundaria a tiempo, comparado con un estudiante cuyo padre está empleado con un contrato temporal. La estimación de dichas cantidades ha tenido en cuenta una serie de variables que pueden influir tanto en la probabilidad de tener un contrato temporal por parte de los progenitores, como en el rendimiento educativo de los hijos. Es decir, los resultados que se muestran en dicho gráfico no se deben a diferencias regionales; tampoco al nivel educativo del padre o a su experiencia laboral, ni al sector u ocupación en el que se encuentra empleado, entre otras variables relevantes.
En línea con la intuición proporcionada por la revisión de la bibliografía al principio de esta sección, la primera barra del gráfico 3 muestra que es más probable que acaben la educación secundaria a tiempo aquellos estudiantes cuyos padres disfrutan de un contrato indefinido. En particular, 7 puntos porcentuales más. Teniendo en cuenta que un 61% de los estudiantes en la muestra cuyos padres tiene contrato indefinido se gradúa de la educación secundaria obligatoria a los 16 años, y que un 41% de aquellos cuyos padres tienen un contrato temporal lo hacen, esos 7 puntos porcentuales estarían explicando un 35% de la diferencia observada.
El impacto descrito es un efecto medio, es decir, se trata del resultado obtenido en media cuando se tiene en cuenta toda la muestra seleccionada para este estudio. A continuación analizamos si este efecto medio es distinto para ciertos subgrupos de la población. En primer lugar, en las barras segunda y tercera se refleja el resultado dependiendo del máximo nivel educativo alcanzado por el padre. Los resultados indican que el efecto es aún mayor en la submuestra de estudiantes cuyos padres tienen un mayor nivel educativo, aunque dicha diferencia no es estadísticamente significativa.
En las dos últimas barras se muestra el impacto diferencial del tipo de contrato paterno entre chicos y chicas. Si bien los chicos cuyos padres tienen un contrato permanente tienen una probabilidad 9 puntos porcentuales más alta de graduarse a tiempo, para las chicas el tipo de contrato de los padres no parece importar a la hora de explicar quién se gradúa a tiempo (el efecto mostrado para las chicas es el único en el gráfico que no es estadísticamente significativo). La bibliografía en psicología social muestra que la identificación con los padres suele actuar como un mecanismo que modera el efecto de la inseguridad laboral paterna y las actitudes de los hijos con respecto al trabajo y el esfuerzo (Barling et al., 1998). Así, si los chicos se identifican más con sus padres que las chicas, entonces los hijos se verían más afectados por la inseguridad laboral de los padres, tal y como muestran los datos.
Finalmente, los estudios con técnicas más avanzadas (que permiten indagar un poco más en la identificación de efectos causales) confirman nuestros resultados al indicar que la ventaja de los estudiantes cuyos padres disfrutan de un contrato permanente durante el año en el que deberían acabar la educación secundaria obligatoria es incluso mayor a la descrita en esta sección (Ruiz-Valenzuela, 2014, cap. 3).
B. ¿Cómo influye la pérdida de trabajo de los padres en el rendimiento educativo de sus hijos?
Las noticias sobre el mercado laboral, y en particular sobre la evolución de la tasa de paro, han ocupado telediarios y no pocos artículos de prensa desde el inicio de la crisis en España. De manera similar a lo descrito en la sección anterior, varios estudios han analizado las consecuencias de la pérdida de trabajo para el propio trabajador. Entre otros efectos negativos, aquellas personas que pierden su empleo sufren, en media, pérdidas salariales a corto plazo que parecen persistir en el largo plazo (Jacobson et al., 1993); tienen un mayor riesgo de divorcio (Charles y Stephens, 2004), y sufren un deterioro en su estado de salud física y mental (Eliason y Storrie, 2009). Muy relacionado con este último punto, se ha detectado también un acusado incremento en el número registrado de desórdenes mentales para aquellos trabajadores más expuestos al colapso de la construcción en España (Farré et al., 2015).
Con esta motivación en mente se ha analizado el impacto intergeneracional de la pérdida de trabajo parental (en especial la del padre) sobre variables que miden aspectos diversos del rendimiento académico de los hijos. Entre los resultados más destacados encontramos una reducción de la nota media para estudiantes al final de la secundaria (Rege et al., 2011), un aumento de la probabilidad de repetir curso (Stevens y Schaller, 2011) o una menor probabilidad de ir a la universidad (Coelli, 2011).
En esta sección analizamos el impacto intergeneracional de shocks en el mercado de trabajo, utilizando datos sobre pérdida de trabajo parental y rendimiento académico durante la reciente crisis económica. Este podría ser un coste adicional de las recesiones que, por el momento, habría sido en gran medida infravalorado en la bibliografía académica.
Para llevar a cabo el análisis utilizamos datos de 358 estudiantes que en 2012 se encontraban cursando la educación obligatoria (primaria o secundaria), en una escuela de la provincia de Barcelona. Dicha escuela es de características similares a la escuela media en Cataluña (véase Ruiz-Valenzuela, 2015). Una de las ventajas de estos datos es que son de tipo panel; es decir, tenemos datos sobre el rendimiento educativo y la situación laboral de los padres para varios años (desde el año académico 2007-2008 hasta 2011-2012). Esto nos permite comparar el rendimiento académico (medido por la nota media de los estudiantes en todas las asignaturas) del mismo estudiante antes y después de la pérdida de trabajo de los padres. Es decir, antes y después del inicio de la crisis. Así, disponer de este tipo de datos nos permite asegurarnos de que el efecto que estamos midiendo se corresponde con el efecto de la pérdida de trabajo del padre y no con el de otras variables como la educación de los padres o su ocupación, por ejemplo.
El gráfico 4 muestra, en la primera barra, el deterioro en la nota media asociado con la pérdida de trabajo del padre. Dicho deterioro supone una disminución de la nota media de más de 0.2 puntos en una escala de 1 a 10, donde el aprobado en cada asignatura se consigue con una puntuación a partir de 5. Este impacto negativo de la pérdida de trabajo paterna durante la reciente crisis económica en España, aunque a priori pueda parecer irrelevante, duplica al efecto de la pérdida de trabajo encontrado en otros estudios para otros países. Las barras 2 y 3 muestran, además, que el efecto es mucho mayor para aquellos estudiantes cuyos padres han sufrido una pérdida de trabajo durante la crisis, y no han encontrado trabajo en al menos un año (i.e., parados de larga duración). En ese caso, la nota media de los estudiantes afectados disminuye en casi medio punto.
Hay dos observaciones muy similares a las descritas en la sección anterior. Por una parte, los hijos sufren una mayor penalización en la nota media que las hijas. De hecho, el pequeño deterioro que se muestra en el gráfico para las chicas no es estadísticamente significativo, es decir, no podemos descartar que el efecto sea nulo. La segunda observación tiene que ver con el impacto de la pérdida de trabajo de la madre en el rendimiento escolar medio de sus hijos. De la misma manera que cuando hablábamos sobre el efecto del tipo de contrato de la madre, la pérdida de trabajo de la madre no parece afectar a la nota media de sus hijos.
Debido a la alta correlación entre temporalidad y salidas del mercado de trabajo, el lector puede pensar que el efecto que aquí encontramos está más relacionado con el tipo de contrato del padre que con la perdida de trabajo per se. Sin embargo, es importante resaltar que la mayoría de pérdidas de trabajo registradas en esta muestra se corresponden con puestos de trabajo de naturaleza permanente. Además, los datos indican que los efectos de la pérdida de trabajo del padre son aún mayores cuando la muestra utilizada sólo contempla las pérdidas de trabajo de padres con un puesto de trabajo fijo antes del inicio de la crisis. Este hallazgo no debería resultarnos sorprendente. La bibliografía académica en el campo de la economía laboral ha encontrado que la caída en el nivel de ingresos, así como la dificultad para encontrar un empleo después de perderlo, son mayores cuantos más años de experiencia tiene el trabajador en la empresa antes de perder el empleo (Jacobson et al., 1993).
3. Conclusiones
Los datos disponibles sugieren que tanto la temporalidad como la pérdida de trabajo de los padres tienen efectos negativos en variables que miden el desarrollo educativo de sus hijos. En este estudio hemos detallado, además, que no se observa ninguna relación entre el tipo de contrato o la pérdida de trabajo de las madres y los resultados educativos de sus hijos. Esta diferencia entre el resultado observado para padres y madres es coherente con los resultados de estudios en economía de la salud y psicología social, que documentan desórdenes mentales y problemas físicos más severos asociados a la pérdida de empleo y la inseguridad laboral para hombres que para mujeres. Así, algunos estudios han mostrado como los hombres padecen, por ejemplo, mayores niveles de estrés y ansiedad financiera asociados tanto con la inseguridad laboral como con la pérdida de trabajo (Lim y Sng, 2006).
Los resultados de este trabajo subrayan la necesidad de combinar políticas de flexibilidad en la empresa, necesarias para que éstas puedan realizar ajustes en distintos momentos del ciclo económico, con políticas que mitiguen el coste de dichos ajustes en términos de bienestar para los trabajadores y familias afectadas. Esto implicaría, por ejemplo, poner en marcha políticas dirigidas tanto a reducir la dualidad en el mercado de trabajo como a dar una mayor protección al trabajador (y no necesariamente al empleo) en caso de despido. Un ejemplo de este tipo de políticas se encuentra en el modelo de flexiseguridad ampliada existente en Dinamarca. Dinamarca combina niveles de protección del empleo bajos con generosas prestaciones por desempleo y políticas activas de empleo bien diseñadas, con cursos de formación y supresión de las prestaciones por desempleo si no se siguen o se rechazan varias ofertas de empleo adecuadas a la cualificación (Bentolila, 2010).
Dadas las altas tasas de temporalidad y desempleo del mercado laboral español sería importante disponer de más datos para analizar detalladamente los mecanismos que hay detrás de los resultados descritos en este artículo. Además, si los datos lo permitiesen, sería importante estudiar si estos efectos perniciosos que hemos observado a corto plazo se extienden en el largo plazo. Entender esto es fundamental para anticipar potenciales incrementos en los niveles de desigualdad en nuestra sociedad.
Jenifer Ruiz-Valenzuela, investigadora
Centre for Economic Performance, London School of Economics
4. Referencias
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Bentolila, S., J.J. Dolado y J.F. Jimeno (2008): «Two-tier employment protection reforms: the Spanish experience», CESifo DICE Report, 4.
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