
-
1Un 39% de las pacientes con fibromialgia reportaron una mejora moderada en su estado de ánimo mientras que un 29% reportó una leve mejora luego de recibir la intervención psicológica a través de sus teléfonos móviles.
-
2Un 4% de las pacientes reportó una gran mejora en la implicación en sus actividades diarias, un 15% indicó una mejora moderada y un 30%, una mejora leve.
-
3La interferencia del dolor en las relaciones sociales se redujo levemente para un 39% de las pacientes, mientras que lo hizo moderadamente para el 11%.
-
4Si bien un 26% y un 24% de las pacientes alcanzaron respectivamente una mejora moderada y leve en cuanto a los niveles de dolor físico, un 29% reportó un deterioro moderado y un 12%, un deterioro leve.

Cada una de las pacientes fue evaluada dos veces al día a través de un cuestionario que recibían en sus teléfonos móviles. Esto nos permitía conocer sus niveles de dolor, estado de ánimo, nivel de actividad e interferencia del dolor en su funcionamiento diario. A partir de esta evaluación, las pacientes recibían cada día información sobre un ejercicio psicológico que podían practicar desde casa cuando lo necesitaran. Este estudio aporta evidencia novedosa que demuestra preliminarmente la eficacia de una intervención psicológica administrada a través de internet para promover el autocuidado en pacientes con dolor crónico.
Introducción
La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico de origen desconocido, a menudo acompañado de fatiga, trastornos del sueño, trastornos del estado de ánimo y dificultades de concentración, entre otras problemáticas. En España, su prevalencia en población general se sitúa en un 2,45% y es más frecuente en mujeres, entre 60 y 69 años de edad (Font Gayà et al., 2020). Los estudios prospectivos indican que la enfermedad sigue un curso crónico con poca mejoría a los 5-7 años de seguimiento (White et al., 2002). En cuanto al impacto socioeconómico, se calcula una media de entre 9 y 12 visitas anuales al médico, con un coste económico de casi 13.000 millones de euros anuales en España (Cabo-Meseguer et al., 2017). En comparación a otras patologías, los pacientes con fibromialgia presentan un mayor ausentismo laboral y consumo de fármacos que son, en su mayoría, ineficaces.
La experiencia de dolor de estos pacientes es compleja e incluye factores conductuales, cognitivos y afectivos que afectan a su calidad de vida. Por esta razón, los enfoques psicológicos han centrado sus esfuerzos en reducir la incapacidad generada por el dolor, el malestar emocional y las estrategias de afrontamiento desadaptativas, más que buscar una reducción directa del dolor (Roditi y Robinson, 2011). Las terapias cognitivo-comportamentales, la relajación, las intervenciones psicoeducativas, los tratamientos conductuales y los programas basados en mindfulness han demostrado ser efectivos en reducir los problemas de sueño, la depresión, el estado funcional y la catastrofización de los pacientes (Glombiewski et al., 2010). Sin embargo, la evidencia de décadas de ensayos clínicos demuestra que las relaciones son modestas y sugiere que gran parte de la varianza del dolor y otras variables relacionadas siguen sin abordarse en los tratamientos disponibles (Morley et al., 2013). Estudios de revisión recientes indican que aproximadamente solo un 13% de los pacientes con fibromialgia presentan una reducción significativa de sus síntomas tras recibir tratamientos cognitivo-comportamentales (Bernardy et al., 2018).
En los últimos años se están realizando esfuerzos con el fin de mejorar los tratamientos psicológicos para la fibromialgia. En este sentido, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como la realidad virtual, la realidad aumentada, internet o las aplicaciones móviles pueden ofrecer a la psicología clínica nuevas herramientas de evaluación y de tratamiento. Estas tecnologías ofrecen múltiples ventajas: reducen barreras para el acceso a servicios de salud, incrementan la eficiencia de los tratamientos y promueven el autocuidado, un aspecto clave a tener en cuenta en condiciones crónicas.
Nuestro objetivo es estudiar la utilidad de intervenciones apoyadas en TIC para la evaluación y tratamiento de la fibromialgia. Brindamos, a través de esas tecnologías, información e herramientas psicológicas basadas en la evidencia a los afectados de fibromialgia, con el fin de mejorar su calidad de vida.
1. El impacto de las intervenciones psicológicas en el nivel de dolor y su interferencia en la vida diaria
La experiencia de dolor de los pacientes con fibromialgia es compleja e incluye factores conductuales, cognitivos y afectivos que afectan la calidad de vida de aquellos que la padecen. Por esta razón, los enfoques psicológicos han centrado sus esfuerzos en reducir la incapacidad generada por el dolor y el malestar emocional, así como en promover estrategias de afrontamiento que ayuden a gestionar mejor el dolor. Si bien estos tratamientos no buscan reducir directamente los niveles de dolor, sí intentan disminuir la interferencia que el dolor genera en la vida diaria de los pacientes.
En este proyecto hemos desarrollado una intervención psicológica a través de una aplicación de internet que sirve para evaluar y monitorizar la influencia del dolor en la vida de los pacientes con dolor crónico. Han participado 40 pacientes con fibromialgia, diagnosticadas por un médico reumatólogo. Un 73,2% de las pacientes sufre fibromialgia desde hace más de 10 años, un 14,6% de 5 a 10 años y un 12,2% hace menos de 5 años.
El contenido de la aplicación se ha elaborado siguiendo las recomendaciones de la Iniciativa sobre Métodos, Medidas y Evaluación de Dolor en Ensayos Clínicos, Immpact (Dworkin et al., 2005) y facilita el seguimiento del paciente durante 30 días, mediante dos registros diarios con preguntas breves sobre el estado de ánimo, la intensidad de dolor o las consecuencias en la vida diaria, el trabajo o las relaciones sociales (figura 1). Estas preguntas han sido adaptadas de cuestionarios validados para la medición del dolor y variables relacionadas, utilizando aquellos ítems más representativos. Es importante señalar que las instrucciones, el número de respuestas y las etiquetas de texto de las opciones de respuesta de los cuestionarios originales, en la app se han adaptado para optimizar su uso en dispositivos móviles y aumentar la homogeneidad de los ítems.
El programa de tratamiento psicológico integra técnicas de tratamiento cognitivo-conductual, herramientas de aceptación y mindfulness, y estrategias de regulación emocional que han mostrado evidencia en el tratamiento del dolor crónico. Los componentes terapéuticos del programa son: psicoeducación; motivación para el cambio; activación conductual y regulación del ritmo de actividad; aceptación del dolor y mindfulness, flexibilidad cognitiva y prevención de recaídas. Se ha desarrollado un protocolo de intervenciones breves que integra estrategias de todos estos componentes. Cada día se proporcionan a la paciente ejercicios psicológicos teniendo en cuenta cómo se encuentra en ese momento y cuáles son sus preferencias, personalizando la intervención y aumentando la eficiencia de la intervención psicológica. Estas intervenciones utilizan vídeos, imágenes y texto para que el paciente pueda llevar adelante los ejercicios de manera completamente autoaplicada y sin la necesidad de apoyo de un profesional especializado (Figura 2).
Se observa que, en cuanto a los niveles de dolor físico, si bien un 26% y un 24% de las pacientes alcanzaron una mejora moderada y leve respectivamente, un 29% reportó un deterioro moderado en sus niveles de dolor y un 12% un deterioro leve. En cuanto a la interferencia del dolor en sus relaciones sociales, un 39% de las pacientes alcanzaron una leve mejora y un 11% una mejora moderada.
2. ¿Es posible mejorar el estado de ánimo a pesar del dolor?
Un 39% de las pacientes con fibromialgia reportaron una mejora moderada en su estado de ánimo mientras que un 29% reportó una leve mejora luego de recibir la intervención psicológica a través de sus teléfonos móviles. Si bien un 18% de las pacientes reportó un deterioro leve y un 11% un deterioro moderado, los datos muestran que la mayoría de las pacientes alcanzó alguna mejoría en su estado de ánimo con respecto al inicio de la intervención.
3. La importancia de estar activo y los cambios en los niveles de actividad
El dolor presente en la fibromialgia, al tratarse de una experiencia aversiva, genera conductas como la inactividad o la interrupción de actividades. Las guías clínicas afirman que llevar un ritmo adecuado de actividad, combinando patrones de actividad y descanso, puede ayudar a mejorar el dolor, la sensación global de bienestar y la función física, así como a un aumento de las emociones positivas que contribuyen a la mejora del estado del ánimo (Racine et al., 2020).
En cuanto a los cambios en los niveles de actividad, un 4% de las pacientes reportó una gran mejora en la implicación en sus actividades diarias, un 15% indicó una mejora moderada y un 30%, una mejora leve. Sin embargo, un 22% de las pacientes reportó un deterioro moderado y un 18% un deterioro leve. Las mejoras en los niveles de actividad hacen referencia a un aumento en la implicación en actividades significativas, mientras que el deterioro indica una disminución en estas actividades. Muchas veces, el dolor físico se asocia a la inactividad debido al miedo al dolor y a la fatiga asociados a la realización de actividades.
4. Conclusiones
Se observaron cambios clínicamente significativos en medidas de estado de ánimo e interferencia del dolor en la vida diaria de la mitad de las pacientes. Teniendo en cuenta que se ha tratado de una intervención psicológica a través de internet y completamente autoaplicada, que ha tenido una duración limitada, los resultados son prometedores.
Las principales ventajas de este tipo de aplicaciones es que permiten obtener un perfil individual de la vivencia del dolor, recogen información diariamente y en el mismo momento en que se experimenta el episodio de dolor; su uso en dispositivos móviles y tabletas es sencillo, y brindan asistencia al paciente en el momento en que lo necesita.
Si bien hemos visto muchas pacientes han alcanzado mejoras en la mayoría de las variables, hay otras que no presentan cambios o que incluso presentan algún nivel de deterioro. Estos resultados están en línea con la literatura publicada. La evidencia de los tratamientos psicológicos a través de internet para la fibromialgia es aún limitada. Un estudio de revisión reciente ha encontrado que este tipo de tratamientos han demostrado cierta eficacia (con efectos bajos o moderados) en la reducción del estado de ánimo negativo y la discapacidad generada por el dolor en relación con la necesidad de listas de espera y los tratamientos habituales. Sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la reducción del dolor y en la aceptabilidad del tratamiento (Bernardy et al., 2019). Además, debido a la escasez de trabajos publicados sobre este tema, no ha sido posible comparar los tratamientos psicológicos con apoyo del terapeuta y los completamente autoaplicados. Los datos sobre este tipo de tratamientos para otros trastornos psicológicos indican que, en general, los tratamientos con apoyo son superiores a las intervenciones no guiadas en lo que respecta a la reducción de la gravedad de los síntomas. Por lo tanto, es de esperar que los tratamientos a través de internet completamente autoaplicados obtengan resultados más limitados. Es preciso seguir investigando para identificar qué perfiles de pacientes se benefician más de estas intervenciones y cómo potenciar el efecto de este tipo de intervenciones.
En cuanto a las limitaciones del presente estudio, es preciso señalar que se trata de un estudio preliminar con una muestra reducida de participantes. Futuros estudios deberán replicar los resultados en estudios controlados aleatorizados y comparar estos nuevos resultados con los alcanzados por otro tipo de intervenciones. Asimismo, deberán incluir seguimientos para analizar si los resultados alcanzados se mantienen en el tiempo.
Aunque las actuales orientaciones en el manejo del dolor tienen como objetivo incorporar las TIC en la asistencia sanitaria, hasta la fecha la investigación combinando estos esfuerzos en pacientes con dolor crónico es limitada. Los resultados alcanzados en nuestro estudio nos animan a seguir explorando el uso de las nuevas tecnologías con esta población para mejorar el acceso y la diseminación de los tratamientos psicológicos.
5. Referencias
BERNARDY, K., P. KLOSE, P. WELSCH y W. HÄUSER (2018): «Efficacy, acceptability and safety of cognitive behavioural therapies in fibromyalgia syndrome. A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials», European Journal of Pain, 22(2).
BERNARDY, K., P. KLOSE, P. WELSCH y W. HÄUSER (2019): «Efficacy, acceptability and safety of Internet-delivered psychological therapies for fibromyalgia syndrome. A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials», European Journal of Pain, 23(1).
CABO-MESEGUER, A., CERDÁ-OLMEDO, G., y TRILLO-MATA, J.L. (2017): «Fibromialgia: prevalencia, perfiles epidemiológicos y costeseconómicos», Medicina Clínica, 149 (10).
DWORKIN, R.H., D.C. TURK, J.T. FARRAR, J.A. HAYTHORNTHWAITE et al. (2005): «Core outcome measures for chronic pain clinical trials: IMMPACT recommendations», Pain, 113(1–2).
FONT GAYÀ, T., C. BORDOY FERRER, A. JUAN MAS et al. (2020): «Prevalence of fibromyalgia and associated factors in Spain», Clinical and Experimental Rheumatology, 38 Suppl 123(1).
GLOMBIEWSKI, J.A., A.T. SAWYER, J. GUTERMANN, K. KOENIG, W. RIEF y S.G.
HOFMANN (2010): «Psychological treatments for fibromyalgia: a meta-analysis», Pain, 151(2).
MORLEY, S., A. WILLIAMS y C. ECCLESTON (2013): «Examining the evidence about psychological treatments for chronic pain: time for a paradigm shift?», Pain, 154(10).
RACINE, M., E. SÁNCHEZ-RODRÍGUEZ, R. DE LA VEGA, S. GALÁN, E. SOLÉ, M.P. JENSEN, J. MIRÓ, D.E. MOULIN y W.R. NIELSON (2020): «Pain-related activity management patterns as predictors of treatment outcomes in patients with fibromyalgia syndrome», Pain Medicine, 21(2).
RODITI, D., y M.E. ROBINSON (2011): «The role of psychological interventions in the management of patients with chronic pain», Psychology Research and Behavior Management, 4.
WHITE, K.P., W.R. NIELSON, M. HARTH, T. OSTBYE y M. SPEECHLEY (2002): «Does the label “fibromyalgia” alter health status, function, and health service utilization? A prospective, within-group comparison in a community cohort of adults with chronic widespread pain», Arthritis and Rheumatism, 47(3).
Clasificación
Etiquetas
Temáticas
Contenidos relacionados
Hogares con muy baja intensidad de trabajo e hijos dependientes, mayor riesgo de pobreza y exclusión social
El 79,3 % de los hogares con niños y muy baja intensidad de trabajo estaba en el 2017 en riesgo de pobreza. ¿Esta cifra supera la media europea?
La desigualdad sale cara: lecciones sobre los costes y las consecuencias de la pobreza infantil en las sociedades avanzadas
Las lecturas aquí reseñadas plantean por qué es importante para todos, y no solo para los más vulnerables, lograr sociedades más igualitarias.
El impacto persistente de la crisis económica en la pobreza infantil
A pesar de la recuperación económica, en el 2018 tres de cada diez niños vivían en situación de pobreza anclada. La pobreza durante la infancia tiene consecuencias a lo largo de toda la vida. Analizamos su impacto.
Familia y bienestar infantil
El sexto Dossier del Observatorio Social de ”la Caixa” aporta elementos de reflexión sobre la diversidad en los modelos de familia en nuestro país y cómo estos pueden condicionar el bienestar infantil.
Barreras a la participación cultural según el tipo de hogar
El 16,5 % de las familias con hijos en el hogar no pueden permitirse disfrutar de actividades culturales, un porcentaje que aumenta hasta el 20,3 % en el caso de los hogares monoparentales.