Un primer análisis descriptivo muestra que, en promedio, los migrantes del conjunto de países considerados puntúan más alto que sus compatriotas no migrantes en las escalas de orientación hacia el éxito, el riesgo y el dinero (figura 1).

Para medirlas, se ha creado una escala que engloba tres rasgos motivacionales muy relacionados con el logro: la orientación hacia el éxito, hacia el riesgo y hacia el dinero. Los datos proceden de encuestas en las que se pregunta a las personas en qué medida se parecen a alguien para quien es importante ser muy exitoso/a y recibir el reconocimiento de los demás (orientación hacia el éxito), asumir riesgos (orientación hacia el riesgo), y tener mucho dinero y poseer cosas caras (orientación hacia el dinero). A partir de esos tres elementos se crea un indicador que recoge información de las diferentes dimensiones.
Estas orientaciones se adquieren muy temprano a través de procesos de socialización, probablemente en combinación con determinados rasgos de personalidad, y son muy estables a lo largo de la vida adulta de las personas
Estas orientaciones motivacionales relacionadas con el logro que se analizan en esta investigación son parte de los rasgos de personalidad o habilidades no cognitivas ampliamente estudiadas en la llamada economía del comportamiento (behavioural economics), y que tienen una gran relevancia en la trayectoria laboral de los individuos (Bowles et al.2001, Cunha y Heckman, 2007). Estas orientaciones se adquieren muy temprano a través de procesos de socialización, probablemente en combinación con determinados rasgos de personalidad, y son muy estables a lo largo de la vida adulta de las personas.
Lo que interesa para nuestro estudio es comparar migrantes con sus compatriotas que no han migrado, de modo que necesitamos disponer de información de diferentes países. Por ejemplo, si solo quisiéramos comparar a los brasileños que han migrado a Portugal con los brasileños que no han migrado, necesitaremos información recogida en Portugal (solo de brasileños, que son migrantes), pero también en Brasil (solo de brasileños, que no han migrado). Para disponer de diversos grupos de migrantes procedentes de países con distinto nivel económico y distancia cultural, se han utilizado dos fuentes de datos: por un lado, la Encuesta Social Europea, que recoge información sobre migrantes residentes en Europa procedentes de muy diversos países de dentro y fuera de Europa; y por otro lado, la Encuesta Mundial de Valores, que permite analizar a los residentes en países no europeos (por ejemplo, Brasil, Marruecos, etc.) confrontándolos con sus compatriotas que migraron. De esta manera se pueden comparar los rasgos motivacionales de, por ejemplo, brasileños que han migrado a Portugal con brasileños equivalentes en otras características como la edad o el nivel educativo que siguen viviendo en Brasil.
Finalmente, para evitar confundir la selección con un posible efecto de la aculturación o asimilación en el país de destino, los análisis se restringen a migrantes que no lleven más de cinco años en el país de destino. Además, se realizan varias pruebas adicionales para poder asegurar que todos los resultados se mantienen si se tienen en cuenta posibles experiencias que podrían afectar a las orientaciones, como el desempleo o el aislamiento social. En total, se consideran once combinaciones de países de origen y destino. Los grupos de origen y destino considerados son británicos en Irlanda, alemanes en Suiza y Austria, franceses en Bélgica, Luxemburgo o Suiza, polacos en el Reino Unido e Irlanda, polacos en los países escandinavos, rumanos en España, rumanos en países ricos europeos, turcos en países ricos europeos, brasileños en Portugal, andinos (colombianos, ecuatorianos y peruanos) en España y marroquíes en España.
Más allá de lo mostrado en el gráfico 1, lo interesante no es tanto el análisis conjunto de todos los países de origen y destino, sino más bien los casos particulares de ciertas combinaciones de orígenes y destinos.