Artículo
¿Qué fue del éxodo urbano desde la pandemia?
Antonio López-Gay, Departament de Geografia de la Universitat Autònoma de Barcelona y Centre d’Estudis Demogràfics
Proyecto seleccionado en la Social Research Call 2021
Más de tres años después del estallido de la pandemia, contamos con evidencia empírica suficiente para analizar qué efecto tuvo esta sobre el comportamiento residencial de la población urbana española. En concreto, se analizan tales dinámicas durante el bienio 2020-2021 en los seis municipios españoles con más de 500.000 habitantes: Madrid, Barcelona, València, Sevilla, Zaragoza y Málaga. Los primeros meses de la pandemia impulsaron desplazamientos hacia las zonas rurales, en especial a las ubicadas a una distancia intermedia de los grandes núcleos urbanos, pero su intensidad fue limitada. Los grupos socioeconómicos más aventajados fueron los que protagonizaron esta tendencia. En el segundo año de la pandemia, se observó una clara recuperación de la intensidad de los desplazamientos desde las ciudades centrales hacia los municipios metropolitanos, así como un descenso hacia los rurales en comparación con el 2020, aunque los niveles siguieron siendo superiores a los registrados en el 2019. Pese a los cambios generados por la pandemia, no se ha observado una modificación profunda de los patrones residenciales que dominaban previamente. Los grandes núcleos urbanos seguirán constituyendo polos de atracción y de retención de población.
Puntos clave
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1La pandemia provocó unos cambios concretos en el comportamiento residencial de la población urbana durante los años 2020 y 2021.
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2En el 2020 se incrementaron los desplazamientos hacia municipios poco poblados, especialmente los situados a distancias intermedias de las grandes capitales. En general, resultó clave el papel de las segundas residencias, de los vínculos territoriales previos y del entorno medioambiental.
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3En el 2021 se observó una recuperación de la intensidad de los desplazamientos desde las grandes ciudades centrales hacia los municipios metropolitanos y, en comparación con el 2020, un descenso de los flujos hacia los municipios rurales. Es posible que el refuerzo de los movimientos suburbanos persista durante los próximos años, sin que ello afecte al atractivo de los espacios centrales.
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4Fruto de la expansión del teletrabajo y de otras fórmulas laborales híbridas, los grupos socioeconómicos más privilegiados fueron los que protagonizaron los desplazamientos residenciales hacia los municipios menos densos. Es importante seguir las implicaciones de esta tendencia en la configuración socioespacial de los diferentes grupos sociales en las regiones metropolitanas.
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5Pese a los cambios originados por la pandemia, no puede hablarse de un éxodo urbano, dado que no se ha observado una modificación profunda de los patrones de la movilidad residencial en las últimas décadas.
