Artículo
El ‘car-sharing’ en las ciudades: una estrategia de doble filo
Natalia Fabra, Catarina Pintassilgo y Mateus Souza, EnergyEcoLab, Universidad Carlos III de Madrid
Proyecto seleccionado en la Social Research Call 2020 (LCF/PR/SR20/52550008)
El tráfico y la contaminación son problemas acuciantes en muchas ciudades de todo el mundo. Para paliarlos, los responsables políticos recurren a diversas estrategias, como la aplicación de tasas por congestión y la creación de zonas de bajas emisiones y, recientemente, la introducción del 'car-sharing' sin estacionamiento fijo ('free-floating car-sharing'). Se trata de un servicio de uso compartido de automóviles, generalmente eléctricos, que permite a los usuarios alquilarlos por minutos, con la ventaja añadida de que pueden recogerlos y dejarlos en cualquier punto dentro de una zona determinada, ya que el estacionamiento de estos vehículos no está sujeto a una ubicación fija. Este artículo analiza las pautas de utilización de este servicio a partir de los desplazamientos realizados en Madrid durante el año 2019. Se ha observado que se dan complementariedades entre este tipo de movilidad compartida y el transporte público en zonas de renta media con escasas opciones de movilidad pública.
Puntos clave
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1En Madrid, el servicio de 'car-sharing' sin estacionamiento fijo suele prestarse en barrios de renta alta y media. Esto significa, por un lado, que los individuos de renta baja tienen menos posibilidades de utilizarlo y, por otro, que la renta, sumada a otros factores, desempeña un papel importante a la hora de analizar los efectos generados por este servicio.
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2El transporte público suele ser escaso en los barrios de renta media. Por este motivo, cabe suponer que la mayoría de los clientes habituales del 'car-sharing' recurren a este servicio para complementar las escasas alternativas de movilidad.
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3Los barrios de renta media registran las tasas de motorización (número de automóviles por hogar) más elevadas. Se ha constatado que muchos de los usuarios más habituales del 'car-sharing' utilizan este servicio como sustituto del automóvil particular para complementar la red de transporte público existente.
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4El análisis de la frecuencia de los desplazamientos realizados con el servicio de 'car-sharing' revela que aquellos que lo utilizan con más frecuencia lo hacen con fines de ocio, y no para desplazarse al trabajo. Así pues, aunque no lo utilicen a diario, este tipo de servicio sigue siendo muy válido ante la ausencia de alternativas de transporte público, en especial por la noche.
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5El uso del 'car-sharing' alcanza su nivel más elevado antes que el tráfico general y disminuye de forma significativa durante la hora punta del tráfico de la mañana. Además, es una opción muy popular en verano, cuando el tráfico convencional disminuye. Ello sugiere que este tipo de movilidad compartida contribuye a atenuar el tráfico rodado y, por consiguiente, a reducir la congestión del tránsito urbano.
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6Ahora bien, la consecución de estos efectos dependerá de cómo se utilice este tipo de movilidad compartida y de si su uso va acompañado de una reducción del número de automóviles particulares. Si no se dan una serie de condiciones, es posible que esta estrategia genere unos efectos contrarios a los deseados.
