Buenas prácticas
CURANT
Alojamiento compartido y gestión de casos para personas jóvenes refugiadas no acompañadas en Amberes
CURANT perseguía favorecer la inserción de adolescentes y jóvenes refugiados no acompañados mediante dos estrategias: el acompañamiento integral individualizado y el apoyo de jóvenes autóctonos con los que cohabitaban. Se desarrolló en Amberes (Bélgica) entre noviembre de 2016 y octubre de 2019.
Datos básicos
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Nombre original: Cohousing and case management for unaccompanied young adult refugees in Antwer (CURANT).
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Ámbito geográfico: Amberes (Bélgica).
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Entidad impulsora: Ayuntamiento de Amberes, al frente de un consorcio de entidades públicas y ONG.
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Colectivos a los que se dirige: Adolescentes y jóvenes refugiados no acompañados.
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Año de inicio: 2016.
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Año en que finaliza: 2019.
www.antwerpen.be/nl/overzicht/cohousingcurant-1
www.uia-initiative.eu/en/uia-cities/antwerp
1. Context
Al cumplir los 18 años, a los jóvenes refugiados no acompañados se les retira la tutela estatal, el alojamiento y los programas formativos de los que se beneficiaban hasta entonces. Sin embargo, a menudo continúan experimentando factores de vulnerabilidad, como traumas, falta de habilidades y de acceso a redes sociales, y tienen expectativas poco realistas. También sufren dificultades para acceder a una vivienda, igual que la población juvenil autóctona.
2. Objetivos
El programa CURANT se dirigía, por una parte, a jóvenes de entre 17 y 21 años con estatuto de refugiado o protección subsidiaria, que habían llegado a Bélgica sin familia; y por otra, a jóvenes autóctonos de 20 a 28 años. El objetivo era facilitar la inserción del primer grupo mediante un acompañamiento integral y el hecho de compartir vivienda con personas del segundo grupo, las cuales prestaban un apoyo continuo al primer grupo.
3. Intervención
El programa se basaba en una teoría de cambio explícita (Mahieu y Ravn, 2017). Tras la selecciónde los participantes, se les emparejaba y se les adjudicaba una de las 25 unidades residenciales disponibles y agrupadas en cuatro modalidades distintas, donde debían permanecer 12 meses, ampliables a 18. La participación en el programa contaba con incentivos económicos: el alquiler era asequible y la convivencia no afectaba a los impuestos ni a las prestaciones sociales aplicables en otras circunstancias.
Además de la vivienda, se facilitaban los siguientes apoyos:
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Los jóvenes refugiados se beneficiaban del acompañamiento individual e integral de un trabajador social, quien, de acuerdo con el modelo de gestión de casos, además de formación, ofrecía orientación sobre los recursos comunitarios y terapia psicológica.
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Los jóvenes autóctonos recibían formación para optimizar la convivencia y apoyar su labor de apoyo.
El 80% de la financiación del programa procedía del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y el 20% restante lo aportaba el consorcio organizador.
4. Resultados
Se realizaron dos evaluaciones intermedias y una final con entrevistas al personal técnico y a los participantes, así como observaciones y una encuesta (Mahieu, Van Raemdonck y Clycq, 2019).
En el programa participaron 81 jóvenes refugiados y 77 autóctonos. Al término del mismo, el nivel de neerlandés del primer grupo había mejorado bastante o mucho (76%), lo mismo que la seguridad al hablarlo (82%), la comprensión del idioma (76%), el conocimiento práctico de la Administración (82%), el bienestar (84%), la frecuencia de uso del neerlandés (85%), las habilidades sociales (67%), la comprensión de las costumbres autóctonas (67%), el conocimiento de la sociedad autóctona (67%) y la gestión del dinero (52%).