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1Cuatro de cada diez trabajadores en España, que tienen o buscan empleo, estarían dispuestos a ir a vivir a otro lugar. De este grupo, cerca de la mitad de ellos tiene planes concretos para cambiar de lugar de residencia en el próximo año.
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2La disposición a ser móvil es mayor entre los jóvenes, los varones, los que todavía no han formado una familia, los nacidos en el extranjero o aquellos en una situación laboral menos estable o en el desempleo.
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3El trabajo, los ingresos y la carrera profesional son los motivos principales que inducen a plantearse la movilidad, mientras que las responsabilidades familiares y dejar atrás a parientes y amigos se erigen como los principales obstáculos.
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4Una oferta aceptable para decidir irse lejos de casa por trabajo requiere mejor retribución, estabilidad contractual y posibilidades de promoción profesional, así como que el mercado de trabajo y de vivienda en el lugar de destino sean favorables.

La movilidad interregional de los trabajadores está principalmente motivada por la situación laboral y la carrera profesional. Así, es normal que, después del territorio donde uno vive, la mayoría de los trabajadores prefiera un destino donde perciben que hay más y mejores oportunidades.
Introducción
La decisión de marcharse del lugar o región donde uno vive no es fácil. Supone dejar atrás a familiares y amigos, y tener que adaptarse a nuevos entornos, pero se hace en busca de una mejor calidad de vida. Por eso, la movilidad o migración suele tener en parte una motivación económica. Además, se asocia a la movilidad social ascendente, ya que funciona como palanca para conseguir mejores empleos.
El examen de las decisiones de movilidad por trabajo es importante porque aborda la problemática fundamental de cómo se asignan los trabajadores a vacantes de empleo. En España este ejercicio es especialmente urgente, ya que las persistentes diferencias en ingresos y empleo entre regiones se ha achacado en parte a los bajos flujos migratorios entre regiones y a su escaso impacto en la redistribución de la población (Adalet McGowan y Antona San Millan 2019). Por lo tanto, es necesario responder a preguntas tales como: ¿Qué tipo de trabajadores tienen mayor disposición a ser móviles? ¿Cuáles son las motivaciones, obstáculos y destinos que explican la disposición a ser móvil? ¿Qué tan atractivas deberían ser las condiciones de empleo que hacen que las personas acepten ofertas de trabajo en otras regiones?
Con el fin de dar respuesta a estas preguntas, se realizó una encuesta en octubre de 2019 sobre las actitudes y expectativas de movilidad de personas laboralmente activas entre 18 y 55 años. Se recopilaron datos de 4,008 personas del conjunto de España (Vidal y Busqueta, 2020).
1. Cuatro de cada diez trabajadores se plantean ir a vivir a otro lugar
Debido a sus consecuencias importantes para la vida, la movilidad o migración suele ser el resultado de un proceso de decisión gradual (Kley 2010). Se suelen distinguir tres fases: (1) plantearse la movilidad como opción, (2) hacer planes concretos y (3) realizar el traslado.
Plantearse ir a vivir a otro lugar refleja la disposición a ser móvil antes de tomar ninguna decisión. Esta disposición se puede explicar a través del descontento con la vida que uno lleva, la expectativa de que vayan a suceder cambios en el trabajo, la familia u otros ámbitos relevantes de la vida y el no sentirse limitado a vivir sólo en el lugar de residencia actual.
Los datos revelan que cuatro de cada diez trabajadores se han planteado recientemente dejar el lugar donde viven para ir a vivir y trabajar a otro. Esta disposición a la movilidad es más común cuando hay menor arraigo o responsabilidades ligadas al lugar de residencia, como suele ser el caso entre los jóvenes, los varones, los que todavía no han formado una familia, los nacidos en el extranjero o aquellos en una situación laboral menos estable o en el desempleo.
Después de tomar la decisión es cuando se empiezan a hacer planes concretos para mudarse. Los que se encuentran en esta fase tienen una mayor probabilidad de realizar el traslado. Sin embargo, cambios en las circunstancias iniciales y otros contratiempos pueden limitar esta posibilidad.
Se encuentra que dos de cada diez trabajadores del total de entrevistados están haciendo planes concretos para ir a vivir a otro lugar dentro de los próximos doce meses. Esto representa alrededor de la mitad de los que se han planteado vivir en otro lugar.
2. El empleo como principal motivación para irse a vivir a otro lugar
Detrás de cada planteamiento hay una serie de motivaciones subyacentes. Entre una serie de posibilidades (estilo de vida, familia, trabajo, vivienda y entorno u otras), en este estudio se encuentra que el trabajo es la principal motivación para ser móvil, o la que más frecuentemente se enumera como primera opción. Esto incluye respuestas de entrevistados que se plantean marchar a otro lugar para encontrar un empleo, mejorar los ingresos o avanzar en la carrera profesional.
Más allá del empleo, cabe destacar una diversidad notable de motivaciones para la movilidad. Otros motivos relevantes por los que los trabajadores se plantean ir a vivir a otro lugar incluyen la vivienda, el entorno donde uno reside, y el estilo de vida.
Algo más rezagadas se encuentran las razones asociadas a vivir cerca de parientes o con cambios en la situación familiar. Esta última incluye tener hijos o ir a vivir con la pareja, que suelen estar más asociados a cambios residenciales en el mismo lugar de residencia que a otros lugares.
Aunque los motivos familiares no se mencionen tan a menudo como primera o principal razón, esto no necesariamente significa que sean irrelevantes para plantearse la movilidad, dado que múltiples razones suelen coexistir en la decisión de ir a vivir a otro lugar (Coulter y Scott 2015).
3. La mayoría de trabajadores prefiere quedarse en la región donde viven o ir al extranjero
Tener en mente un lugar determinado en el que nos plantearíamos vivir apoya la decisión de ser móvil. Una gran parte de los trabajadores que se plantean hacer las maletas prefiere moverse no muy lejos, pues hasta el 33 por ciento indican un destino dentro de la región en que actualmente residen. La preferencia por destinos cercanos suele ser debida a que los costes monetarios, sociales y emocionales que acarrea dejar atrás el lugar donde uno vive son más reducidos.
A continuación, el mayor flujo de movilidad potencial se dirige al extranjero. Así, el 30 por ciento de los trabajadores que se plantean la movilidad prefiere un destino fuera del territorio nacional, siendo la primera elección por encima de su misma región entre aquellos que viven en Madrid.
Madrid se erige como el principal destino al que los trabajadores de otras regiones se plantearían ir a vivir dentro del territorio nacional, atrayendo el 17 por ciento de los trabajadores que se plantean ir a vivir a otro lugar.
El resto de regiones quedan bastante rezagadas en cuanto a la capacidad de atraer trabajadores de otras regiones. Esto incluye Cataluña que, con el área metropolitana de Barcelona por delante, tradicionalmente había sido un polo de atracción de mano de obra.
4. La familia limita las decisiones de movilidad de los trabajadores
Plantearse o tomar la decisión de ir a vivir al destino que se tiene en mente suele estar influido por la existencia de una serie de factores que facilitan la transición entre el lugar donde uno vive y aquel donde se quiere ir a vivir.
Tener uno mismo (o la pareja) un trabajo o la perspectiva de tener uno en el destino suele ser uno de los facilitadores más importantes para decidirse ir a ese lugar. De la misma manera, tener parientes o amigos, haber vivido allí o ya tener una vivienda son típicos factores que facilitan tal decisión. Esto indica que los planteamientos de movilidad se pueden en parte atribuir al deseo o la necesidad de retornar al lugar de origen.
A pesar de existir un planteamiento, unas motivaciones subyacentes y un destino en concreto, la decisión de movilidad está a menudo limitada por una serie de obstáculos.
Dada la proximidad residencial y el rol de apoyo de la familia en España, no es de extrañar que dejar miembros de la familia (y amigos) atrás se erija como el principal obstáculo para decidirse marchar. Además de romper con relaciones afectivas y de apoyo, los entrevistados también mencionan como obstáculos el hecho de tener responsabilidades de cuidado, parientes dependientes, así como la posible disrupción que supone cambiar de lugar de residencia para la vida de los hijos.
La situación profesional es otro obstáculo relevante para la movilidad. Esto incluye el tener un trabajo que dejar, la incertidumbre de encontrar uno nuevo y tener suficientes ahorros con que subsistir si se llega a un nuevo lugar sin trabajo de antemano.
Además, la movilidad también puede ser limitada por tener que dejar una vivienda (en propiedad) o encontrar una vivienda adecuada en el destino, así como el arraigo, la calidad y el estilo de vida en el lugar de residencia.
En cambio, son pocos aquellos que mencionan explícitamente que no tendrían ninguna dificultad para irse a vivir a otro lugar.
5. Mejores condiciones de empleo lejos de casa aumentarían la disposición de irse a trabajar fuera
Más allá del descontento con la situación laboral y de las capacidades y obstáculos personales, la movilidad laboral también depende de las características y disponibilidad de empleo en el lugar de residencia y en otros lugares.
Para averiguar qué condiciones de empleo facilitan la movilidad por trabajo, se ha realizado un experimento mediante el que se asignaron ofertas de empleo ficticias con condiciones similares a todos los entrevistados. El diseño experimental corrige el hecho de que no todos los trabajadores reciben las mismas ofertas de empleo. Esto generalmente se debe a diferencias entre trabajadores en nivel educativo, tipo de profesión o las responsabilidades que limitan su disposición a trabajar. Se preguntó con qué probabilidad aceptarían cinco ofertas de trabajo situadas en lugares para los que tomaría demasiado tiempo desplazarse diariamente desde el lugar de residencia. Los resultados revelan un conjunto de condiciones que hacen unas ofertas de trabajo lejos de casa más atractivas que otras.
El aumento de los ingresos del hogar eleva significativamente la probabilidad de aceptar una oferta de trabajo lejos de casa. Que la oferta contenga un contrato indefinido y muchas posibilidades de promoción también ayuda a que sea aceptada. La adecuación de las cualificaciones del trabajador a los requisitos profesionales del trabajo es relevante, aunque en menor medida. Por último, el contexto donde el trabajo está situado también tiene su relevancia, ya que se valora que no cueste mucho esfuerzo encontrar vivienda u otro empleo en tal lugar.
6. Conclusión
Este estudio revela que el potencial de movilidad en la población activa española se eleva a cuatro de cada diez trabajadores, quienes estarían dispuestos a vivir en otro lugar. Sólo la mitad de ellos tiene planes concretos de movilidad en un futuro cercano. Hay dos posibles lecturas de este resultado. Por un lado, casi la mayoría de los que se plantean ir a vivir a otro lugar no lo harán por falta de oportunidades o por los obstáculos que limitan su capacidad de aprovechar oportunidades en otros lugares.
Entre otros, los entrevistados expresaban estar limitados por responsabilidades familiares o la incertidumbre sobre las oportunidades de trabajo y vivienda. Por el otro lado, algunos estudios demuestran que aquellos que se plantean la movilidad como opción parten de una mayor probabilidad de estar empleados y de vivir en mejores condiciones sin necesidad de ser móviles (Huinink, Vidal y Kley 2014). Ello muestra que no están sujetos a las oportunidades del lugar donde viven, y escogen las mejores con independencia del lugar que sea.
En general, la movilidad está motivada por la situación laboral y la carrera profesional. Así, es normal que, después del territorio donde uno vive, la mayoría de los trabajadores prefiera un destino en el extranjero o en Madrid, donde se percibe que hay más y mejores oportunidades. Sin embargo, la movilidad por trabajo (o la probabilidad de aceptar una oferta lejos de casa) requiere no sólo que haya vacantes, sino también que estas tengan unas condiciones de empleo adecuadas. El contexto de precariedad laboral, marcado por una elevada temporalidad y bajos salarios, puede hacer difícil que la movilidad interregional en España repunte en el corto plazo. Es probable que muchos puedan ver truncadas sus expectativas de movilidad a otras regiones por la percepción de ausencia de oportunidades.
A tono de reflexión, recordar que la movilidad no suele ser un fin en sí misma, sino una herramienta para lograr objetivos cómo avanzar en la carrera profesional, tener una vida familiar en un entorno más confortable o llevar el estilo de vida que uno prefiera. Asimismo, las políticas no deberían considerar la movilidad de los trabajadores como un fin en sí misma. En su lugar, deberían permitir y apoyar a los ciudadanos para que aprovechen las oportunidades que surgen sin estar obligados a quedarse en el lugar donde viven o tener que marcharse de él. Para esto es necesario fomentar las capacidades y cualificaciones de las personas, así como mejorar la calidad de las oportunidades en los mercados de trabajo y de la vivienda.
7. Referencias
ADALET MCGOWAN, M. y ANTONA SAN MILLÁN, J. (2019), Reducing regional disparities for inclusive growth in Spain. OECD Economics Department Working Papers, No. 1549, OECD Publishing, Paris.
COULTER, R. y SCOTT, J. (2015). «What motivates residential mobility? Re‐examining self‐reported reasons for desiring and making residential moves». Population, Space and Place, 21(4), 354-371.
KLEY, S. (2010). «Explaining the stages of migration within a life-course framework». European sociological review, 27(4), 469-486.
HUININK, J., VIDAL, S. y KLEY, S. (2014). Individuals’ openness to migrate and job mobility. Social science research, 44, 1-14.
VIDAL, S. y BUSQUETA, G. (2020). Manual de la encuesta de actitudes y expectativas de movilidad espacial de la población activa, 2019
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