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Los nuevos cuidadores
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1Hasta los 65 años, los cuidados de familiares dentro de la familia recaen fundamentalmente en las mujeres.
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2Con la edad se van acortando las diferencias de género en los cuidados y, a partir de los 80 años, hay más hombres como principales cuidadores de un familiar que mujeres.
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3En los hogares de dos miembros, que es el tipo de hogar que más ha crecido en los últimos años entre las personas mayores, el cuidado a la pareja está muy generalizado.
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4Los cambios demográficos y sociales plantean nuevos retos para los servicios públicos y las familias. Los hogares de dos personas mayores presentan necesidades dobles: las de las personas dependientes, pero también las de sus cuidadores.
Las mujeres de mediana edad son el perfil más frecuente entre las personas que se encargan de los cuidados informales dentro de la familia. En casi todos los grupos de edad hay muchas más mujeres que hombres cuidadores, y las diferencias de género son particularmente acusadas entre los 45 y los 65 años. En esas edades hay hasta seis veces más mujeres que hombres haciéndose cargo del cuidado de un familiar dependiente.
Sin embargo, a partir de los 80 años las diferencias de género en los cuidados se reducen, y es entonces cuando hay más hombres (27.900) que mujeres (20.300) como principal cuidador dentro de la familia.
Hasta hace unas décadas en España era muy frecuente que las personas mayores convivieran en el hogar familiar junto a miembros de distintas generaciones. Ahora, el tamaño de los hogares es cada vez menor y los mayores que viven en familia son minoría: la mayor parte de ellos viven solos (el 23%) o en pareja (42%), que es la forma de convivencia que más ha crecido entre los mayores.
Más allá de la satisfacción personal derivada de cuidar a quien se quiere, el cuidado de personas dependientes puede tener efectos negativos sobre el bienestar de los cuidadores porque puede perjudicar sus relaciones sociales y su estado físico y emocional. Son muchas las posibles actuaciones de apoyo a cuidadores, desde las intervenciones formativas para familiares a los programas de orientación y apoyo psicológico a los cuidadores. Tan necesario como extender las redes formales de cuidado a personas mayores es fortalecer los programas de apoyo a cuidadores informales.