El cambio climático inducido por la acción del ser humano se ha convertido en un problema global y local de primer orden. A la vista de los efectos que provoca y los que vendrán, gran parte de la ciudadanía ha empezado a exigir medidas para mitigar sus peores consecuencias; a su vez, numerosos gobiernos de distintos países han situado la lucha contra el cambio climático como prioridad y una parte importante de la sociedad civil reclama acciones urgentes. En nuestro entorno más inmediato, además, la mayoría de ciudadanos considera que el cambio climático es fruto de la acción humana, y el porcentaje de negacionistas se sitúa a niveles muy bajos.

Esta investigación pretende entender las opiniones de la ciudadanía española en relación con el cambio climático, sobre todo poniendo un especial énfasis en la gente joven. Como han apuntado algunas personas, parece existir cierta confrontación generacional respecto a lo que hay que hacer para mitigar las consecuencias del cambio climático, dado que las generaciones mayores tienen preferencias y horizontes temporales distintos a los de las más jóvenes. Pero ¿es realmente así? ¿Hasta qué punto y en qué términos hay actitudes discrepantes frente al cambio climático?
Para responder a estas preguntas de investigación, en el mes de enero de 2023 se realizó una encuesta a 4.764 personas representativas de los ciudadanos del conjunto de España 16-65 años.

Para poder responder a las preguntas que se plantean sobre los jóvenes, se realizó una sobremuestra de personas jóvenes. De este modo, el 25,5% de la muestra (1.214 personas) tienen hasta 32 años. Por último, la encuesta también incorporó cuotas por sexo (50% hombres y 50% mujeres) y por nivel de estudios (15% de personas con estudios primarios).

Uno de los primeros aspectos analizados en la encuesta es la consideración de que el cambio climático es un fenómeno que viene explicado por la acción del ser humano. En España, el 65% de los ciudadanos creen que el cambio climático es fruto (exclusiva o principalmente) de la actividad humana. Esta creencia es mayoritaria en todos los grupos de edad, pero los jóvenes, en comparación con los más mayores, tienen más tendencia a atribuir a la acción humana el cambio climático. Así, el 71% de los que tienen entre 16 y 32 años consideran que el cambio climático es un proceso derivado de la actividad humana, cifra 9 puntos porcentuales más elevada que entre los mayores de 32 años. A pesar de todo, conviene destacar que entre 2 y 3 de cada 10 ciudadanos considera que el cambio climático se debe a la actividad humana y a procesos naturales por igual, una cifra que podría esconder cierto escepticismo respecto al origen humano del cambio climático.

En un instante del sondeo, se muestran a los individuos las cinco principales preocupaciones actuales de los españoles (según datos del CIS), además del cambio climático –preocupación que no entra en la lista del mencionado instituto demoscópico, que contiene únicamente los problemas de índole económica, la sanidad, la inmigración, la corrupción, y los políticos y los partidos–. Acto seguido se solicita a los encuestados que ordenen estas seis problemáticas según su importancia. El ejercicio busca saber la prioridad relativa que las personas otorgan al cambio climático respecto a otras problemáticas.

Tal como puede apreciarse en el siguiente gráfico, centrado en los grupos de edad, menos del 10% de los encuestados sitúa el cambio climático como la primera prioridad. De hecho, uno de cada tres encuestados mayores de 32 años lo clasifican en el último lugar. No obstante, los jóvenes tienden a otorgar más importancia al cambio climático en términos relativos. Por ejemplo, el 42% de las personas entre 16 y 25 años consideran que el cambio climático es una de las tres principales problemáticas políticas actuales.

A menudo se ha planteado cierta dicotomía entre las políticas sobre el cambio climático y la economía. Hay incluso quienes van más allá y lo plantean como un dilema, en el sentido de que las políticas contra el cambio climático perjudican a la economía y viceversa. ¿Qué opinión tiene la ciudadanía española de este potencial dilema? Cuando se pide a los encuestados priorizar entre la economía y el cambio climático, las diferencias entre grupos de edad son relativamente pequeñas. Así, en una escala de 0 a 10, en la que el 0 corresponde a priorizar la economía y el 10, el clima, todos los grupos de edad se sitúan ligeramente por encima del valor medio –es decir, ligeramente más favorables al clima–. Sin embargo, entre los tres grupos de edad, los jóvenes de hasta 25 años son los que afirman en mayor medida que es más importante priorizar el cambio climático: de hecho, el 43% se sitúan en valores por encima del 5 –idéntico porcentaje que los jóvenes de 26 a 32 años–, cifra que en el caso de los mayores de 32 años baja hasta el 38%.

¿Quién debe asumir más el coste de las medidas para afrontar el cambio climático? En definitiva, ¿quién tiene que pagar más o adaptar en mayor medida sus hábitos? Además de los debates relacionados con la redistribución en base al estatus socioeconómico, en los últimos años ha surgido una división político-ideológica en función de la edad. Algunos sectores de la sociedad argumentan que los grupos de más edad deberían ser los que más contribuyan a la lucha contra el cambio climático, puesto que serían los que lo provocaron (o no lo frenaron a tiempo) y los que, dentro de unos años, cuando actúe el reemplazo generacional, no deberán asumir sus consecuencias. 

En el sondeo se preguntaba a los encuestados quién debería esforzarse más en la lucha contra el cambio climático: los jóvenes (valor 0), los mayores (valor 10) o ambos por igual. Los resultados indican una importante divergencia de preferencias en función de la edad. Así, los jóvenes de 16 a 25 años consideran que son más bien los mayores quienes deberían realizar un mayor esfuerzo para combatir el cambio climático, a pesar de que la puntuación media se acerca al punto intermedio de la escala (5), que otorga responsabilidad a ambos grupos. En cambio, los mayores de 32 años consideran en mayor medida que son los jóvenes quienes deberían esforzarse más. Estos resultados apuntan a una visión diferente a cierto estereotipo público que a veces se ha relacionado con los jóvenes, a quienes se ha llegado a acusar de no querer actuar suficientemente contra el cambio climático. Según estos datos, los jóvenes, como mínimo en relación con el esfuerzo que hay que hacer, tienen una visión equilibrada. En cambio, las personas mayores consideran que son los jóvenes quienes deben esforzarse más para combatir el cambio climático.

En este estudio se ha mostrado cómo el 65% de la población de España considera que el cambio climático es sobre todo o únicamente fruto de la actividad humana, un porcentaje que aumenta hasta más del 70% entre los jóvenes. El negacionismo climático en este sentido representa un porcentaje relativamente bajo de la población, ya que en ningún caso supera el 10%. Sin embargo, a pesar del amplio acuerdo sobre la existencia del cambio climático, esta no es todavía una preocupación prioritaria entre la población. Solo el 30% del total de los españoles creen que el cambio climático es uno de los tres problemas más importantes del país, porcentaje que no obstante aumenta hasta el 41% entre los jóvenes de 16 a 25 años y al 35% entre los de 26 a 32 años. Preguntados sobre si priorizarían la economía o la lucha contra el cambio climático, todos los grupos de edad tienden a priorizar ligeramente el cambio climático sobre la economía, una tendencia algo más marcada en los jóvenes de hasta 25 años.

Asimismo, el estudio ha abordado el debate intergeneracional para evaluar quiénes consideran los encuestados que deben esforzarse más en la lucha contra el cambio climático. El sondeo nos informa de que los jóvenes consideran que tanto ellos como los mayores tienen que realizar el mismo esfuerzo para combatir el cambio climático, mientras que los encuestados de más edad consideran que el esfuerzo de los jóvenes debe ser mayor que el suyo. La fotografía final del proyecto es la de un escenario dividido, con luces y sombras. Por una parte, es innegable que los españoles –y en especial los jóvenes– consideran que el cambio climático es un fenómeno real y con implicaciones para el futuro; ahora bien, también es cierto que no es percibido aún como uno de los principales problemas del país, sobre todo en comparación con otros temas. Por ejemplo, en la disyuntiva de decidir entre luchar contra el cambio climático y centrarse en la economía, gran parte de la población aún percibe que ambos objetivos pueden perseguirse al mismo tiempo.

El estudio presenta unas limitaciones que cualquier lector deberá tener presentes a la hora de valorar las actitudes en relación con el cambio climático. La encuesta se realizó en enero del 2023 y las conclusiones reflejan por tanto la opinión pública española en aquel momento. El paso del tiempo probablemente difuminará la precisión de los valores obtenidos, sobre todo si se agravan las consecuencias del cambio climático, incluyendo las cada vez más frecuentes oleadas de calor a lo largo del año, fenómenos meteorológicos extremos o sequías sin parangón histórico. El desarrollo del cambio climático probablemente avanzará en paralelo con unas actitudes más favorables a combatirlo y una creciente preocupación.