El indicador AROPE de riesgo de pobreza y exclusión social recoge una visión multidimensional de pobreza y exclusión social en la que se contabiliza la población que se encuentra, al menos, en una de estas tres situaciones: 1) por debajo del umbral de riesgo de pobreza; 2) sufriendo privación material severa; 3) hogares con intensidad de empleo baja o nula.
Las personas pobres tienen mayor probabilidad de tener una carencia
adicional y menor probabilidad de dejar de sufrir una que las personas que
no son pobres.
Analizamos cómo las opiniones sobre la redistribución económica y la
protección social no solamente dependen de los ingresos familiares, sino
también del sueldo que cobran las personas del entorno social inmediato.
Tener trabajo ya no es suficiente para salir de la pobreza. Muchos hogares,
especialmente con menores, arrastran una pobreza laboral asociada a
salarios bajos o períodos de inactividad.
Según este estudio, 7 de cada 10 adolescentes fueron objeto de comentarios
e insultos sexuales. Las tasas de agresión sexual de los chicos duplicaron
las de las chicas, tanto de manera presencial como online.