Según la estadística oficial, la tasa de abandono educativo temprano, definida como el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que no han alcanzado una titulación de enseñanza superior y no estudian, era, en el 2019, del 17,3% en España y en torno al 19% en Cataluña. A pesar de que en los últimos diez años se haya experimentado una significativa reducción del fenómeno de 14,4 puntos porcentuales, este porcentaje sigue estando lejos de la media de la Unión Europea (10%).
En España no existe un sistema regular de recogida de información que permita identificar las trayectorias educativas que preceden al abandono en la transición a los estudios postobligatorios. En Cataluña, la Administración educativa ha impulsado recientemente un registro oficial del alumnado matriculado (RALC) en las enseñanzas no universitarias que permite seguir sus itinerarios. El estudio en el que se basa el presente artículo aborda el abandono educativo a partir del seguimiento de casi 74.000 estudiantes nacidos en el año 2001, la mayor parte de los cuales cursaban cuarto de ESO en el curso 2016-2017, y analiza sus itinerarios a partir de lo que estaban haciendo en el período comprendido entre ese curso y el 2019-2020.

La reconstrucción de los itinerarios formativos de los alumnos permite aproximarse a la continuidad y el abandono educativos. El gráfico 1 muestra las trayectorias educativas de los jóvenes nacidos en el año 2001, cuando en su mayoría cursaban cuarto de ESO en el curso 2016-2017. El seguimiento a lo largo de los tres cursos posteriores muestra que casi la mitad de los alumnos (el 46%) han seguido un itinerario de bachillerato; el 13,9%, un ciclo formativo de grado medio (CFGM), y el 13,2%, un ciclo formativo de grado superior (CFGS), entre los principales itinerarios educativos.
Asimismo, dos de cada diez jóvenes (el 21%) acabaron abandonando los estudios sin haber obtenido un título de educación postobligatoria. Al finalizar la educación secundaria obligatoria el abandono es del 14%, pero este porcentaje se incrementa a lo largo de la educación postobligatoria, en los ciclos formativos de grado medio (4%) y en el bachillerato (2,7%).

Uno de cada dos jóvenes del grupo de edad (45,7%) presenta discontinuidades en sus itinerarios, ya sea por repetición de curso, por cambio de estudios o bien por el abandono temporal o permanente. Esta discontinuidad está más presente en los itinerarios que culminan en el abandono tras la ESO (73%) y en los itinerarios de formación profesional de grado medio (67%) y superior (64%).

Algunos indicadores permiten profundizar en el estudio del abandono escolar temprano, como son la repetición de curso, las notas académicas bajas o el retraso educativo, que afecta a los alumnos que no se encuentran en el curso que les correspondería por edad.
Uno de cada cinco jóvenes (el 21%) no está matriculado en el curso que le correspondería teóricamente en la enseñanza obligatoria y, de forma similar, uno de cada cuatro (el 25%) repite algún curso en la educación postobligatoria. Esto pone de manifiesto la magnitud y la importancia de las experiencias de repetición de curso en el contexto catalán, tanto en la educación obligatoria como en la postobligatoria.
La repetición de curso y el retraso educativo pueden considerarse indicadores de vulnerabilidad al abandono. Los alumnos que se hallan en un curso que no les correspondería por edad, o que han repetido curso durante la educación obligatoria, están sobrerrepresentados en los itinerarios de los que todavía cursan ESO y de los que han abandonado los estudios tras la ESO. De forma similar, se observa que casi la mitad de los jóvenes que siguen ciclos formativos de grado medio han repetido algún curso de la enseñanza obligatoria. En cuanto a los alumnos que han abandonado los ciclos formativos de grado medio, más del 39% han repetido curso durante la etapa obligatoria.

La tasa de repetición de curso supera la media entre los jóvenes que han cursado ciclos formativos de grado medio (el 55%) y los que abandonan el bachillerato o los ciclos formativos de grado medio (el 34,2% y el 33,6%, respectivamente). Como se apuntaba anteriormente, casi uno de cada dos jóvenes que han seguido un itinerario de formación profesional de grado medio han repetido curso antes o se ha incorporado con retraso al sistema educativo. Una parte de estos alumnos vuelven a repetir curso mientras siguen estudios postobligatorios.
Otro indicador que permite explicar las trayectorias de los alumnos en los estudios postobligatorios son las notas obtenidas en la ESO. Se trata de un indicador cuyo registro en los centros públicos alcanza el 85%, pero no es el caso de los centros privados. Por este motivo, el gráfico 3 describe la incidencia de las notas en los itinerarios de los alumnos escolarizados en centros públicos de Cataluña.

Las personas que abandonan los estudios al final de la ESO y que presentan retraso educativo en esta etapa obtienen puntuaciones medias inferiores a 5. Los alumnos que cursan bachillerato son los que han obtenido la puntuación media más alta (7,4) en la educación secundaria. Por otra parte, los alumnos de ciclos formativos de grado superior presentan una media de 6,6, que se explica, en parte, por el peso que tiene en este itinerario la presencia de jóvenes que acceden desde los ciclos formativos de grado medio.
Sin embargo, no todo el abandono escolar temprano se entiende como una consecuencia de los bajos resultados académicos (gráfico 4). Aproximadamente seis de cada diez jóvenes que dejan los estudios tienen notas superiores a 5, lo que indica que las notas no explican del todo el abandono educativo temprano.
Cabe señalar, no obstante, que el infrarregistro de información sobre los motivos de abandono declarados no permite profundizar en los motivos del abandono temprano.

Uno de los elementos centrales en el análisis de las desigualdades educativas es el efecto que tienen las desigualdades sociales en las expectativas y elecciones de los jóvenes. A partir de indicadores relativos a los alumnos con reconocimiento de necesidades educativas –derivadas de situaciones socioeconómicas especialmente desfavorecidas o de su incorporación tardía al sistema educativo– se analizan las diferencias en la continuidad educativa y el abandono de los estudios.
El gráfico 5 muestra cómo el porcentaje de jóvenes con necesidades socioeconómicas especiales, ya sea por razones sociales o por incorporación tardía al sistema educativo, duplica la tasa media del conjunto de la población analizada. 

La nacionalidad de los alumnos influye en las desiguales oportunidades a la hora de proseguir con sus estudios o en la decisión de abandonarlos. Sobre el conjunto de la población analizada, nacida en el año 2001, los alumnos nacidos fuera de España representan el 15,8%. En cambio, se encuentran sobrerrepresentados en los itinerarios de abandono e infrarrepresentados en los de finalización de estudios postobligatorios. Mientras que aproximadamente el 21% de alumnos del total abandonan los estudios de forma prematura, este porcentaje aumenta hasta el 36,1% en el caso de los nacidos en el extranjero. Por otra parte, el 42,6% de los alumnos nacidos en España finalizan la educación secundaria superior, frente al 18,5% de los alumnos nacidos fuera de España.

Las condiciones de escolaridad tienen una fuerte incidencia en los itinerarios educativos de los jóvenes. Estar escolarizado en un centro de máxima complejidad duplica las probabilidades de abandonar la educación en la transición a la enseñanza postobligatoria: el 40% frente al 20% de abandono en centros de media y baja complejidad.
Los jóvenes nacidos en España tienen muchas menos probabilidades de abandonar los estudios que los jóvenes nacidos fuera de España, pero estas diferencias disminuyen cuando los alumnos están escolarizados en centros de máxima complejidad. Como se observa en el gráfico 7, las diferencias según orígenes se minimizan cuando ambos colectivos están escolarizados en centros de máxima complejidad. Para los alumnos de origen autóctono escolarizado en centros de alta complejidad, las probabilidades de abandonar los estudios son del 37%, casi el mismo porcentaje que se observa entre el alumnado nacido en el extranjero escolarizado en otros tipos de centros.

El estudio en el que se basa este artículo permite disponer de información muy precisa sobre promoción y finalización de estudios, así como sobre repetición, cambios de estudios, interrupciones, reingreso y abandono educativo. Puede resultar, pues, de gran utilidad para los administradores y responsables políticos, con el propósito de identificar a los colectivos, los momentos y las condiciones de mayor vulnerabilidad en el ámbito educativo.
Los resultados del estudio aportan reflexiones relevantes al debate sobre las políticas de reducción del abandono educativo temprano. La mejora del éxito en la enseñanza obligatoria es una condición sine qua non para la reducción del abandono educativo temprano, aunque esta pasa, a su vez, por una reducción de las desigualdades sociales. En este sentido, la lucha contra la segregación escolar es un reto crucial de nuestro sistema educativo. Por otra parte, la concentración de alumnado vulnerable en centros de máxima complejidad aumenta las probabilidades de abandonar prematuramente los estudios.
La repetición y los cambios de estudio muestran la necesidad de repensar la orientación y el acompañamiento educativos. Es fundamental introducir estrategias de orientación y acompañamiento, con los agentes y recursos socioeducativos del territorio, de los alumnos socialmente más vulnerables antes de que salgan del sistema educativo.
La escolarización en los ciclos formativos de grado medio merece una especial atención, ya que en ella confluyen perfiles sociales y escolares diferenciados: el abandono del bachillerato, la repetición de algún curso de la ESO, los programas de formación profesional básica, las pruebas y cursos de acceso, etc. Esta heterogeneidad de itinerarios muestra la diversidad de funciones sociales de la formación profesional y la sitúa en la encrucijada del sistema educativo y en uno de sus retos fundamentales.
 

El estudio presenta cuatro limitaciones fundamentales. La primera, ya indicada, es el infrarregistro de informaciones sobre los motivos de abandono.
La segunda es la omisión, en el registro, de la formación no formal, como, por ejemplo, la formación profesional básica, la formación en escuelas de adultos, escuelas de segundas oportunidades, etc.
Una tercera limitación es de carácter sociológico, pues no se dispone de datos sociodemográficos, como los niveles formativos familiares o el trabajo de los progenitores, que permitan un análisis en clave de desigualdades según el origen familiar.
Por último, existen también limitaciones de información académica en relación con las notas, por centros privados y titulación máxima alcanzada.
No obstante, el estudio muestra la relevancia de disponer de un registro regular de las trayectorias educativas de los alumnos para la detección y la intervención socioeducativa temprana.
Cabe indicar, finalmente, un apunte metodológico sobre la clasificación de los centros según su complejidad. El Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña confecciona la relación de centros públicos de máxima complejidad en función de los siguientes indicadores de contexto: bajo nivel de instrucción de los padres o tutores; empleo en puestos de trabajo de baja cualificación profesional por parte de los progenitores o tutores; número significativo de padres o tutores perceptores de la renta mínima de inserción; elevado porcentaje de padres o tutores en situación de paro; alto porcentaje de alumnos con necesidades educativas especiales y alto porcentaje de alumnos recién llegados. 

GARCÍA GRACIA, M. (2013): Absentismo y abandono escolar. La persistencia de una problemática escolar y social, Madrid: Síntesis.
GARCÍA GRACIA, M., A. SÁNCHEZ-GELABERT (2020): «La heterogeneidad del abandono educativo en las transiciones postobligatorias. Itinerarios y subjetividad de la experiencia escolar», Papers. Revista de Sociología, 105(2).
GARCÍA GRACIA, M., A. RAZETO PAVEZ (2019): «¿Por qué faltan los jóvenes a la escuela? Una exploración de la experiencia escolar del alumnado absentista en Cataluña», Perfiles Educativos, 41(165) .
SÁNCHEZ-GELABERT, A., M. ELIAS (2017): «Los estudiantes universitarios no tradicionales y el abandono de los estudios», Estudios sobre Educación, 32.