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¿Se marcha la población autóctona de los barrios donde llega inmigración?
La gran ola migratoria que llegó a España entre los años 1998 y 2008 no aumentó la segregación global en las zonas residenciales
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1En el año 2007, el porcentaje total de población inmigrante era del 33,1% en las áreas metropolitanas, muy por encima del 11,6% del total del censo en España y del porcentaje de los barrios periféricos de las ciudades, de un 14,52%.
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2Si en el 2001 la población inmigrante en España se hubiera distribuido por el territorio del mismo modo que la autóctona –es decir, manteniendo las mismas proporciones en todos los barrios–, el 45% de inmigrantes tendría que haberse marchado a vivir a otro lugar. Este porcentaje, que es un indicador de segregación, se mantuvo prácticamente inalterado durante toda la ola migratoria.
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3La mayoría de los nuevos habitantes de las áreas metropolitanas procedían de América Latina, con un 46,5% del total de llegadas. La lengua compartida es uno de los factores que evitó el aumento de la segregación entre autóctonos e inmigrantes en los barrios.
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4En las zonas donde, para mantener la densidad de población autóctona inicial, hubieran sido necesarios dos nuevos edificios para acoger el crecimiento previsto de la población inmigrante, solo se construyó uno.
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5Madrid y Barcelona mostraron un comportamiento similar en la distribución del censo: la densidad de población nacida en España creció en las áreas periféricas de nueva construcción y la inmigración aumentó por encima de la media en las zonas más densas del centro de la ciudad.
Los barrios que crecieron más rápidamente durante el boom inmobiliario concentraban, en el 2001, el 1% de la población metropolitana. En siete años este porcentaje aumentó hasta el 3,6%. El gráfico representa la relación entre el crecimiento de autóctonos e inmigrantes en los barrios de nueva creación, alejados del centro de las ciudades, durante la ola migratoria. Cada punto representa una de estas zonas y su tamaño responde a la densidad de población. El acercamiento generalizado de los puntos a la línea recta (proporción perfecta) demuestra que autóctonos y recién llegados aumentaron con porcentajes bastante similares en estos barrios, lo que contribuyó a evitar la segregación. Como se aprecia en el gráfico, la mayoría de barrios crecieron por debajo del 25%.