Brecha entre mujeres y hombres
Colección Brechas Sociales
Jordi Sevilla, Belén Santa Cruz, Diana Ortega, Economistas;
La brecha de género se reduce significativamente, pero queda mucho camino por recorrer.
Puntos clave
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1Las multitudinarias movilizaciones que demandan la igualdad real entre mujeres y hombres son el mejor y más fel reflejo de la fractura de género que se manifesta en todo el mundo. España, a pesar de los avances experimentados en las últimas décadas, todavía está lejos de alcanzar la igualdad de género de forma real y efectiva; persiste una profunda fractura que urge analizar para aspirar al país justo e igualitario que tanto reclama la sociedad civil española. En este sentido, una oleada feminista sacude el mundo, cada vez con mayor fuerza: el «feminismo 4.0» (según el concepto acuñado por Nuria Varela en su libro 'Feminismo 4.0. La cuarta ola'). Este feminismo se plantea importantes retos, como el de acabar con el coste de oportunidad, en términos económicos y de talento, encontrar un nuevo espacio de convivencia y lograr que la sociedad avance hacia una nueva realidad igualitaria.
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2Los principales organismos internacionales reconocen el progreso que, en igualdad de género, se ha experimentado en España en los últimos años, sin dejar de destacar aspectos que es necesario mejorar. El Foro Económico Mundial, en su reciente informe global sobre la brecha de género (Global Gender Gap Report 2020), sitúa a España entre los cinco países donde más ha mejorado el índice de igualdad de género: el Estado español ha pasado a ocupar la octava posición mundial y la sexta en Europa occidental. El estudio, que analiza desde el año 2006 los desequilibrios de género existentes en 153 países de todo el mundo, ha sido liderado por Islandia desde hace más de diez años. En este informe se destaca la necesidad de introducir mejoras en los ámbitos de la educación, la igualdad salarial y de ingresos, la presencia de las mujeres en puestos directivos, la conciliación entre la vida personal, laboral y familiar, el reconocimiento de la economía del cuidado y el resto de las actividades no remuneradas.
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3Una de las fracturas más notorias en este ámbito se manifesta en el mercado laboral, en el que destacan las elevadas tasas de desempleo entre las mujeres y los índices de precariedad laboral en esta población, así como una brecha salarial que alcanza el 22%. Igual de notorio es el denominado «techo de cristal»: las mujeres apenas ocupan entre el 12% y el 18% de los puestos directivos empresariales. A modo de ejemplo, cabe citar que tan solo el 27,6% de los consejeros del IBEX 35 son mujeres.
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4Es igual de manifiesta la fractura vinculada a la conciliación, la maternidad y la llamada «economía del cuidado». La conciliación entre la vida personal, laboral y familiar es un problema que suele representar un freno a la carrera profesional de las mujeres. Esta brecha aumenta con el paso de los años y la maternidad la alienta: entre la población femenina de los 25 a los 29 años, sin descendientes, la brecha de género se sitúa en su índice más bajo (14,1%), mientras que, en una etapa posterior, en caso de que esta población tenga hijos, este índice asciende al 17,5%. En España, según datos del estudio ‘La corresponsabilidad en las tareas de cuidados, una cuestión sin resolver’, elaborado por Departamento Confederal de la Mujer Trabajadora de la UGT, el 93% de las excedencias para el cuidado de los hijos las solicitan mujeres; además, estas dedican el doble de tiempo que los hombres a actividades no remuneradas, lo que supone el 67% de la producción no remunerada en España. Si la dedicación no profesional del cuidado se formalizara equivaldría a más de 977.000 empleos anuales a jornada completa, con un potencial económico de 7.812 millones de euros al año, según el estudio ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en la conciliación’ de la plataforma ClosinGap, encabezada por Merck.
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5La brecha de género culmina con mayores tasas de pobreza y vulnerabilidad económica femeninas, especialmente entre colectivos como los de mujeres jóvenes, inmigrantes y familias monoparentales. Se suma a ello, además, el insuficiente e ineficiente gasto público social orientado a la familia y a la infancia, como señala el Fondo Monetario Internacional (FMI) para España.
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6Con vistas al futuro, son preocupantes las actuales dinámicas de feminización y masculinización de determinadas profesiones, así como las brechas de género en educación y entre los graduados en nuevas tecnologías y carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Así, por ejemplo, en el ámbito de la inteligencia artificial, a escala internacional, apenas el 22% de los profesionales son mujeres. Atendiendo a otro gran reto, el cambio climático, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en su estudio ‘Gender-based violence and environment linkages’, advierte que las mujeres y niñas son quienes, potencialmente, sufrirán más los efectos negativos de la emergencia climática.
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7Superar la brecha entre mujeres y hombres es una cuestión de justicia social, dignidad de las personas y calidad democrática. Pero, además, es clave para el bienestar social y el desarrollo social y económico del país, dado que permite aprovechar el 100% de su potencial y talento. ¿Se está dispuesto a desaprovechar la mitad del talento de la población? Resulta evidente que este potencial no debería desaprovecharse; por ello, en el presente informe se incluyen distintas propuestas de futuro, extraídas de un debate con expertas en la materia, para aportar soluciones que ayuden a superar esta brecha.
Cifras Claves