El presente estudio ha investigado las características de los visitantes españoles a los museos, galerías y monumentos históricos y arqueológicos. Los resultados muestran que los ingresos del hogar (ajustados al tamaño de este), el nivel educativo y la categoría ocupacional son los principales determinantes de la participación cultural. La relación entre participación cultural y nivel educativo y de ingresos es similar a la de otros grandes países europeos, pero mayor que en los países nórdicos. No obstante, esto solo es así para los visitantes ocasionales. Entre los asiduos, los ingresos y el nivel educativo no no juegan un papel especialmente diferente en España y los demás países europeos. Por otra parte, la participación cultural es más intensa entre las mujeres y más moderada entre los extracomunitarios y las personas mayores.
Estos datos proporcionan información de utilidad para los gestores culturales y artísticos, urbanistas y profesionales del marketing turístico y museístico, así como para las personas y organizaciones que promueven la participación cultural de los grupos desfavorecidos. Y para los museos y galerías de arte privados, el conocimiento de las características de los visitantes es de suma importancia a la hora de fijar precios y diseñar promociones.
Desde una perspectiva comparativa, nuestra segunda conclusión principal es que la probabilidad de que se produzcan visitas a museos y monumentos históricos en España es menor que en los países nórdicos y el Reino Unido, similar a la de Alemania, Francia y los Países Bajos y mayor que la de otros países del sur de Europa. Estas diferencias entre países siguen siendo significativas cuando se tienen en cuenta las características individuales y del hogar. Una posible interpretación de estos resultados es que las diferencias en la probabilidad de visitar sitios culturales en los países europeos están relacionadas con diferencias nacionales en materia de política cultural y en inversión pública per cápita destinada a incentivar las visitas a museos y monumentos históricos.
El menor índice de participación cultural de España comparado con el de los países nórdicos indica que aún no se ha llegado a la saturación de la demanda de bienes culturales, de modo que la cuestión es cómo estimular dicha participación. Una vía para hacerlo sería incrementar el gasto público en servicios culturales. En España, el gasto público per cápita en cultura era de 135 euros en 2006, según la Encuesta de Presupuestos Familiares, y por lo tanto inferior al del grupo de grandes países europeos (fuente: Eurostat, 2010). Además, el gasto público general en sitios culturales ha experimentado una fuerte caída en los últimos años, pasando de 384 millones de euros en 2006 a 261 millones en 2014 (véase la tabla 2). El descenso de este gasto público está estrechamente relacionado con la caída del gasto cultural privado. Entre 2006 y 2015, la participación cultural disminuyó del 18 al 15% (tabla 1).

Por el contrario, algunos otros países europeos como Alemania y los países nórdicos aumentaron el gasto en servicios culturales (fuente: Eurostat, 2015). Una de las prioridades de los responsables políticos de dichos países, por lo tanto, es aumentar el nivel de gasto público en servicios culturales. Los precios de entrada, por otra parte, también influyen en la participación cultural. En Europa se dan grandes diferencias en dichos precios, desde las políticas de entrada gratuita del Reino Unido y algunos países nórdicos a entradas muy caras en Italia y Grecia. En España, los precios de entrada de los principales museos (por ejemplo, el Museo del Prado) se encuentran en la franja intermedia. No obstante, no está claro que una rebaja de los precios de entrada se traduzca en una mayor participación cultural.