Según los datos analizados, cuanto mayor es el nivel educativo de los padres, menor es el tiempo que dedican sus hijos a navegar por Internet en casa, entre semana. Concretamente, el tiempo de dedicación se limita a un máximo de dos horas al día. De esta forma, se evidencia que los hijos de padres y madres con estudios secundarios y, sobre todo, universitarios dedican menos tiempo a las nuevas tecnologías en comparación con los hijos de progenitores con estudios básicos.
 

Una de las razones que podría justificar estos resultados es que, probablemente, los padres con niveles educativos altos traten intencionadamente de reducir el tiempo que sus hijos dedican a Internet porque son conscientes de que un uso abusivo de las TIC puede provocar efectos negativos sobre el rendimiento escolar.

Otro argumento se basa en el tipo de cuidado que ofrecen los padres a sus hijos. De acuerdo con numerosos estudios empíricos, el nivel educativo de los progenitores influye en la cantidad y la calidad del tiempo que dedican a sus hijos. Los padres con estudios secundarios y universitarios suelen emplear más tiempo a estar con su familia y, habitualmente, proporcionan también a sus hijos más estímulos intelectuales. Por el contrario, las familias más desfavorecidas, tanto económica como educativamente, suelen interaccionar menos con sus hijos, ya que los cuidados que les prestan suelen ser más de supervisión que de estimulación intelectual.

Los resultados muestran que, a la hora de limitar el uso del ordenador a los hijos, las parejas en las que ambos miembros tienen una titulación universitaria ejercen un efecto mayor respecto a las parejas que combinan distintos niveles educativos.

Aparte de incidir en la reducción del tiempo de dedicación a Internet, las parejas con niveles educativos altos también son más propensas a guiar a sus hijos para que estos utilicen las nuevas tecnologías con fines más educativos que de ocio. En este caso, como en el anterior, también influyen positivamente tanto el tiempo que los padres dedican a sus hijos como el tipo de estimulación intelectual que les ofrezcan, dos aspectos que se relacionan con un alto nivel educativo de los progenitores.

Los resultados también sugieren que los hogares con más recursos económicos suelen disponer de una mayor variedad de dispositivos digitales. Esto puede hacer incrementar el uso de Internet en estos hogares, ya que aumentan las posibilidades de acceso de los menores a las nuevas tecnologías. Ante la falta de disponibilidad de indicadores directos sobre la renta o la riqueza familiar, se ha optado por utilizar la cantidad de posesiones en el hogar como aproximación al nivel económico de la familia.



Por otro lado, la incidencia que tiene la riqueza sobre el acceso a Internet por parte de los hijos afecta de igual modo, independientemente del nivel educativo de los progenitores y de su nivel de estudios. De esta forma, como se observa en el gráfico 3, en los hogares con riqueza y estudios básicos también se presenta un mayor uso de Internet.

MANZANO, D. y M. FERNÁNDEZ-MELLIZO (2019): «Origen familiar, uso del tiempo y de las tecnologías de la información», Revista Internacional de Sociología, 77(3):136.