

Evolución de la precariedad laboral de los jóvenes en España entre los años 2008 y 2018
M. Àngels Cabasés, Miquel Úbeda y M. Jesús Gómez, Universitat de Lleida
Carles Feixa y José Sánchez, Universitat Pompeu Fabra
Carme Riera, Universitat de Barcelona
Proyecto seleccionado en la Convocatoria para apoyar proyectos de investigación social: formación profesional, abandono escolar y precariedad laboral
En España, a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, se inició una progresiva flexibilización del mercado de trabajo. Con la reforma laboral iniciada en el 2012 se consolidó un modelo de empleo juvenil precario, que sitúa actualmente a las personas jóvenes en peores condiciones que las que afrontaron generaciones anteriores. Los jóvenes de hoy en día perciben, en general, salarios más bajos que los de sus antecesores y la duración de sus contratos laborales suele ser también menor. En conjunto, el estudio sobre el que se basa este artículo muestra el deterioro de las condiciones laborales de los jóvenes en España en la última década y pone de relieve la heterogeneidad del colectivo juvenil, en el que coexisten distintas realidades. Esta situación conlleva que los jóvenes se sitúen en un punto de partida de mayor vulnerabilidad ante el contexto de crisis derivado de la covid-19.
Puntos clave
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1Durante la última década, el empleo juvenil ha experimentado un aumento de la temporalidad, la parcialidad involuntaria y los bajos salarios. Para el 50% de los jóvenes menores de 30 años sus salarios no alcanzan, en cómputo anual, el salario mínimo interprofesional.
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2La formación superior es uno de los elementos clave que permite a los jóvenes mejorar su situación profesional e incrementar sus retribuciones. Sin embargo, en el 2018, los salarios del 50% de los titulados universitarios con empleo no llegaban a ser ni de mileurista.
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3Las mujeres menores de 30 años, a pesar de su mayor participación en la formación superior, continúan ocupando puestos de trabajo peor remunerados y con mayor tasa de temporalidad que los hombres, lo que perpetúa las desigualdades de género. En el 2018, la diferencia salarial se situó en el 17%.
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4La situación se agrava para las personas trabajadoras de origen inmigrante, que afrontan una situación más precaria que las de nacionalidad española. En el 2018, en España, el 50% de las mujeres de nacionalidad no europea cotizaron a la Seguridad Social menos de seis meses.
Los salarios de los jóvenes menores de 30 años continúan sin subir

Autores
M. Àngels Cabasés, Miquel Úbeda y M. Jesús Gómez , Universitat de Lleida
Carles Feixa y José Sánchez , Universitat Pompeu Fabra
Carme Riera , Universitat de Barcelona