Entre los científicos fallecidos había pocos editores de publicaciones académicas o integrantes de comisiones que conceden becas de investigación; por ello descartamos la posibilidad de que utilizaran su influencia para determinar quién podía o no publicar el trabajo o recibir ayudas dentro de su campo. Sin embargo, si las barreras que limitan la entrada no proceden del control directo de las figuras eminentes, ¿qué es lo que desincentiva el acceso a los «forasteros»,es decir, a las personas que hasta este momento no habían participado en el campo?
La sombra de Goliat
Cabe la posibilidad de que a los investigadores ajenos al campo los desanime, simplemente, la perspectiva de cuestionar a una figura eminente de la disciplina. Se diría que la sola presencia de un afamado académico basta para desanimar a quienes, desde fuera, pretenden acceder a un campo de investigación concreto. En esos ámbitos, gran parte de las nuevas entradas se producen cuando desaparece una figura especialmente relevante.
Con todo, la capacidad sobresaliente de ese científico puede que no sea el único factor que influya en la entrada (en la no entrada, de hecho) de nuevos investigadores. Por ese motivo, esta investigación analiza también cómo las especificidades de cada campo de investigación en cuanto a coherencia intelectual y social modulan las relaciones entre nuevos y antiguos investigadores y qué papel ejercen los colaboradores de la gran figura fallecida.
La coherencia intelectual del campo de investigación
Incluso tras la desaparición de un líder en un campo de investigación, puede que no haya incentivos para acceder a ese campo si, desde fuera, se percibe que es un entorno intelectualmente coherente. Entendemos que un entorno se considera intelectualmente coherente cuando los investigadores que en él participan comparten el conjunto de planteamientos, enfoques y metodologías que impulsan dicho campo. En otras palabras, si no hay grandes controversias ni fisuras que permitan la entrada de nuevas teorías con posterioridad a la muerte de la gran figura. Para ahondar en este concepto se proponen dos medidas de coherencia intelectual.
La entrada de nuevas ideas es mucho mayor cuando estamos ante campos de investigación con baja coherencia intelectual o social
El primer índice de coherencia intelectual refleja en qué medida los artículos de un mismo campo usan palabras clave similares entre ellos. Cuanto más se solapan las palabras clave, más coherente es el campo. El segundo índice se sirve de la lista de referencias citadas en cada artículo del campo antes de la muerte de su líder. Cuanto mayor es la proporción de trabajos del propio campo citados en las publicaciones del mismo, más coherente es dicho campo y, por ello, más desincentivados se sienten a entrar en él los investigadores externos.
La coherencia social del campo
Por otra parte, se podría considerar que un campo es socialmente coherente cuando los investigadores que trabajan en su seno colaboran frecuentemente unos con otros, y también cuando revisan mutuamente los textos. Usando un término más coloquial, podríamos hablar de que este campo es endogámico. Con el fin de indagar en estos aspectos se han desarrollado dos hipótesis de coherencia social.
La primera hipótesis es que los campos en los que las grandes figuras han tenido muchos discípulos acogerán peor a los científicos foráneos que aquellos cuyos líderes no formaron a muchos graduados o investigadores postdoctorales. La segunda hipótesis es que los campos que presentan una mayor coherencia social son aquellos en los que es más fácil encontrar coautores.
¿Qué coherencia intelectual y social muestran los datos?
Cuando observamos una alta coherencia intelectual o social en un campo de investigación, los colaboradores más estrechos del investigador fallecido podrían seguir regulando el acceso a dicho campo. Puede que la presencia de grandes figuras haya sido una fuente de dinamismo mientras estaban vivas, pero la renovación de líderes provenientes de otros ámbitos únicamente se observa en las áreas más dispuestas a respaldar y aceptar ideas frescas y ajenas.

Los datos demuestran una menor entrada de investigadores foráneos en campos intelectualmente coherentes que han girado en torno a un reducido conjunto de técnicas o ideas. Del mismo modo, la influencia de nuevas ideas y enfoques se ve atenuada en aquellos campos en los que las redes de colaboración son especialmente tupidas.
Por tanto, podemos concluir que los colaboradores esenciales del investigador fallecido aún pueden regular la entrada en el campo mediante barreras intelectuales y sociales, y las relacionadas con la provisión de recursos.